La conexión de la salud visual con el éxito en la primera infancia

Incluso antes de que nuestros hijos nazcan, ya estamos haciendo los mejores esfuerzos para prepararlos para el éxito, desde asegurarnos de recibir la nutrición adecuada para nuestros bebés en desarrollo hasta seleccionar a los mejores médicos para su infancia.

En algunos casos, ya tenemos planeado su futuro antes incluso de saber su género o ver su color de cabello. Sin embargo, cuando esos mismos niños van a la escuela, muchos se encuentran en un obstáculo simplemente porque no pueden ver con claridad.

En todo el mundo, millones de niños sufren problemas de visión y, como resultado, su capacidad para aprender puede verse afectada. Los expertos citan que hasta el 80 por ciento de todo el aprendizaje ocurre visualmente, lo que deja a los niños con problemas de visión en una gran desventaja. De hecho, estudios clínicos en Estados Unidos indican que 1 de cada 5 niños de edad preescolar tiene problemas visuales y una vez entren el sistema escolar 1 de cada 4 necesitaría anteojos o gafas1. Asimismo, en Brasil un estudio2 en 5 escuelas públicas de Minas Gerais muestra que los niños que tienen una agudeza visual inferior a 20/20 tienen tres veces más probabilidades de reprobar un grado completo en la escuela.

El hecho es que la mala visión entre los niños es un problema universal, no se limita solo a los países en desarrollo. Deben priorizarse las soluciones para mejorar el acceso y los recursos para corregir la mala visión en los niños, incluso en el mundo desarrollado. Los estudios muestran que, en todo el mundo, más de 239 millones de niños3 se beneficiarían de un simple par de anteojos. Sin embargo, las tendencias globales, como el aumento del tiempo frente a la pantalla y el tiempo mínimo al aire libre, están generando más niños con miopía que nunca, y las cifras aumentan exponencialmente.

La detección y corrección tempranas de problemas visuales son clave para garantizar que todos los niños tengan la oportunidad de experimentar una buena visión, lo que proporcionará una base importante para el aprendizaje.

La Asociación Americana de Optometría, recomienda exámenes de la vista para niños en diferentes etapas de la vida, incluido un examen completo entre los tres y los cinco años o antes de que el niño ingrese a la escuela4. De hecho, la mala visión, a diferencia de muchas otras condiciones infantiles, es altamente tratable. En muchos casos, incluso las condiciones de visión más graves que se detectan a través de un examen de la vista pueden corregirse temprano, evitando así la pérdida permanente de la visión.

La intervención temprana para una visión saludable puede tener efectos duraderos durante las diferentes etapas de la vida de un niño. A medida que estos van creciendo también necesitan más habilidades para tener éxito en la escuela y una buena visión es clave para mejorar el rendimiento académico.

Los estudios indican mejoras en los puntajes de alfabetización temprana, en las pruebas estandarizadas de matemáticas y lectura, incluso en el futuro perciben mayores salarios e ingresos a lo largo de la vida para aquellos que reciben intervención temprana de problemas de visión más graves como por ejemplo la ambliopía5.

Debemos priorizar la salud visual e implementar soluciones que protejan y mitiguen los problemas de visión para los niños desde temprana edad ya que impactan tanto su educación como en el éxito en su vida futura.

Artículo adaptado del Vision Impact Institute. Judith Marcano
Williams es Gerente de Programas para las Américas del Vision Impact Institute.

Referencias:

  • Prevalencia y distribución de lentes correctivos entre niños en edad escolar
  • Detección Temprana de la Discapacidad Visual y Su Relación con el Rendimiento Académico
  • Eyeglasses for Global Development: Bridging the Visual Divide
  • American Optometric Association
  • Análisis económico de las consecuencias del fracaso en la prevención de la ceguera infantil por ambliopía

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