Cuando usted se sube a un automóvil, monta motocicleta o bicicleta, o da un paseo, ¿Piensa usted en su salud visual? En otras palabras, ¿Piensa en qué tan saludables están sus ojos en ese preciso momento o si el conductor del autobús a su lado puede ver con claridad? Quizás debería. Según un análisis de Boston Consulting Group, más del 23 por ciento de los conductores de todo el mundo conducen con la visión no corregida.

Además, ¿Sabe usted que más de 1.35 millones de muertes y 50 millones de heridos ocurrieron en las carreteras del mundo en 2018 durante una década en la que las Naciones Unidas impulsaban a los países hacia una agenda de carreteras más seguras? El hecho es que, incluso hoy, con todos los esfuerzos realizados durante los últimos diez años, el 85 por ciento de los países todavía carecen de leyes adecuadas para contrarrestar las crecientes tasas de muertes y lesiones por accidentes de tránsito. El noventa por ciento de las muertes por accidentes de tránsito ocurren en países de ingresos bajos y medianos, y se proyecta que los accidentes de tránsito serán la octava causa principal de muerte para 2030. Actualmente son la principal causa de muerte para las personas de 5 a 29 años de edad en todo el mundo.

Y aunque la seguridad vial siempre ha jugado un papel importante en la sociedad, parece que últimamente la movilidad segura ha ganado más protagonismo. Los viajes por carretera están en su punto más alto, ya que los viajes en avión han disminuido significativamente a raíz de la pandemia del COVID-19. Los bienes y servicios todavía necesitan fluir continuamente, y el uso de las carreteras se ha vuelto cada vez más significativo. Si bien muchas personas en todo el mundo continúan trabajando desde casa, los trabajadores esenciales y otras personas deben navegar a diario por las carreteras para llegar a su lugar de trabajo. No hace falta decir que, sin carreteras seguras, es posible que muchas de estas personas y servicios no lleguen a sus destinos.

Entonces, ¿Hay alguna buena noticia?

Las Naciones Unidas declararon recientemente los años 2021-2030 como la nueva Década de Acción para la Seguridad Vial. Esta declaración reafirma el compromiso de la ONU de trabajar incansablemente para implementar una nueva agenda de seguridad vial para el año 2030. Cabe destacar que, por primera vez, la declaración incluye un llamado a garantizar que los usuarios de las carreteras de todo el mundo tengan UNA BUENA VISIÓN. En gran medida esta adición se basó en una propuesta de mandato en seguridad vial preparado por la Comité Europeo de Transporte Interior en febrero de 2020: ¡Un gran avance para el cuidado de la vista!

Como defensores de la visión sabemos que una buena visión y una conducción más segura están íntimamente vinculados, pero también podemos desempeñar un papel para ayudar a resolver problemas sociales más amplios presentados en la resolución de la ONU, que sugiere que deberíamos centrarnos en la seguridad vial como:

Un problema de salud pública

Los accidentes de tráfico evitables causan dificultades personales y aún más tensión en un sistema de salud pública ya agobiado. Esto es particularmente agobiante durante una pandemia mundial.

Un problema económico

Las carreteras inseguras tienen un costo económico global de casi el 5 por ciento del PIB anual. Según el informe Goalkeepers Report de la Fundación Gates, la economía mundial perderá al menos $12 billones de dólares para fines del 2021. En una era en la que las economías necesitan utilizar recursos para recuperarse de las devastadoras consecuencias económicas de la pandemia, cualquier ahorro podría generar un impacto positivo en la economía de un país.

Un problema de equidad social

Ya que los peatones y ciclistas suelen ser personas con recursos económicos más limitados, estos se ven afectados de manera desproporcionada y son más vulnerables a los accidentes de tráfico. Como resultado, pueden perder sus empleos debido a lesiones personales o falta de transporte. El desempleo y la falta de independencia aseguran que continúe su ciclo de pobreza.

La buena noticia es que la BUENA VISIÓN, y el papel que cada uno de nosotros desempeña para garantizar la conciencia, la accesibilidad y la asequibilidad de la atención visual, pueden servir como catalizador para abordar problemas que van más allá de usar un par de anteojos. La buena noticia es que la BUENA VISIÓN está siendo reconocida fuera de nuestro sector como parte fundamental de la salud y el bienestar de una sociedad.

Este año, la resolución de la ONU amplió su enfoque en la seguridad vial para abordar una necesidad social mucho mayor. Al asegurarnos de que todos los usuarios de la carretera tengan una buena visión, estamos fomentando una fuerza laboral más productiva y un futuro más equitativo para todos.

¡Eso es lo que llamamos esperanza a la vista!

DÁNDOLE VOZ A LA VISIÓN

En el Vision Impact Institute le estamos otorgando voz a la visión. Nuestra misión es crear conciencia sobre la importancia de la corrección y protección de la visión y en lograr que la buena visión sea una prioridad en todo el mundo.