Visión, integración sensorial y aprendizaje

¿Sabías que los problemas de visión que no son diagnosticados pueden causar dificultades en el aprendizaje?

Como optometristas especializados en el desarrollo podemos ser parte del equipo multidisciplinario de atención para facilitar el potencial académico en este tipo de población. También es importante recordar que no solo debemos seguir educándonos, sino que debemos educar a nuestros pacientes, a los especialistas que están dentro del equipo multidisciplinario: maestros y  padres de familia, entre otros, para darles a conocer los alcances de lo que los profesionales de la salud visual y, lo maravillosa que es nuestra profesión.

Uno de cada cuatro niños en Estados Unidos de Norteamérica, presenta problemas perceptuales no detectados.1 Pueden presentar dificultad para enfocar, o su cerebro no puede procesar adecuadamente la información visual o auditiva.

Debe de preocuparnos, el hecho que, algunos niños en edad escolar que presentan dificultades de aprendizaje y/o para concentrarse con frecuencia son etiquetados o diagnosticados con DDA o dislexia. Algunos pacientes con estas condiciones presentan desórdenes, no detectados, en las funciones cerebrales perceptuales y terminan siendo no entendidos o mal diagnosticados.

Esta población de niños, puede presentar una vista perfecta (20/20), pero en la escuela no tiene un desempeño académico adecuado, especialmente cuando se enfrentan con tareas como la lectoescritura donde tiene que procesar la información visual.

Recordemos que aproximadamente el 80 % de la información que percibimos del entorno nos llega a través del sentido de la vista. Esto nos da una idea clara de la enorme importancia que tiene una visión funcional y eficiente en nuestra vida diaria.

Vista y visión no son lo mismo, y es fundamental comprender esta diferencia. La vista se refiere a la capacidad ocular de percibir el entorno —lo que logramos ver con claridad, el conocido 20/20— y al buen estado de salud de los ojos. En cambio, la visión implica un proceso más complejo: es la manera en que el cerebro interpreta, organiza y da significado a la información visual, integrándola con los datos que recibe de los demás sentidos.

La visión es un complejo proceso neurológico que nos permite identificar, interpretar y comprender lo que vemos.2 Los profesionales de salud visual estamos interesados en la identificación de objetos, símbolos, otorgarles un valor y sentido que presentan al decodificar y procesar la información visual, archivar y, recuperar patrones visuales.

Como profesionales de la salud visual podemos reeducar al organismo, al restablecer las habilidades visuales con la finalidad de mejorar el procesamiento de la información visual y la manera en la que se integra esta información con la información procesada por el resto de los sentidos.

Una vez hayan sido diagnosticados los desórdenes de la función y procesamiento de la información podemos iniciar un plan de manejo. Recordemos que las funciones visuales responden correctamente a un tratamiento activo. Esto se debe a que, la visión es una función cerebral adquirida. Gracias a la neuroplasticidad podemos mejorar las funciones visuales a través del aprendizaje.

Los seres humanos tenemos la capacidad de entrenar nuestros ojos y desarrollar habilidades visuales: mejorar los tiempos de concentración, aumentar la velocidad y comprensión lectora, así como potenciar el desarrollo de un marco conceptual visoespacial, fundamental para el pensamiento matemático y la memoria visual.

Los principales subsistemas del procesamiento visual son: sensorial, motor y perceptual.3 Estos tres subsistemas están íntimamente ligados. No tiene sentido aislar un sistema en la práctica clínica. El cerebro activamente construye un mundo visual al extraer las características constantes e invariantes del fluido perpetuamente y constantemente cambiante de información que recibe. La integración de la información visual es un proceso en donde la percepción y la comprensión del mundo visual ocurre de manera simultánea, no secuencial.4

El 20 % de los niños que comienzan el primer grado de primaria, hacia la mitad del año escolar ya no desean continuar asistiendo a clases. Para tener éxito en la escuela, es fundamental contar con una combinación de motivación y habilidades. Sin embargo, cuando el esfuerzo y el trabajo constante no se traducen en resultados positivos, es probable que los niños se frustren y pierdan el interés por aprender.

La percepción visual es fundamental para el adecuado desarrollo del niño y para la adquisición de habilidades necesarias para el aprendizaje. Se refiere al reconocimiento y comprensión de lo que vemos; no basta con que los ojos funcionen correctamente, también es necesario que el cerebro procese e interprete la información visual de manera eficaz. La visión es un proceso activo, en el que los ojos se mueven constantemente en busca de significado y contexto. Solo cuando el cerebro logra interpretar lo que percibe, podemos decir que realmente hemos visto. Esta construcción e interpretación de imágenes es clave para que los niños puedan aprender, entender su entorno y desenvolverse con éxito en el ámbito escolar.

Un filósofo francés, llamado Merlau-Ponty describe este complejo proceso de ver, de la siguiente manera: “La visión es la manera en la que el cerebro puede tocar el mundo.” Al ver el mundo, aprendemos a entenderlo. Esta cercana conexión, entre ver y entender, se refleja en el lenguaje.

Los elementos básicos de la percepción visual son la percepción y orientación espacial, reconocimiento de formas, percepción de figura-fondo, orientación visual y la habilidad para visualizar. Estos se van desarrollando junto con las destrezas motoras. Para que nuestra visión funcione adecuadamente, nuestro cuerpo debe tener un desarrollo y control adecuado del equilibrio y funciones motoras.

Es fundamental que los niños en edad escolar cuenten con una buena visión y audición, ya que ambos sentidos son esenciales para el aprendizaje. En algunos casos, se recomienda realizar una evaluación del sistema visual y auditivo antes de comenzar el ciclo escolar. En otros, es la propia escuela la que lleva a cabo revisiones rápidas, y en caso de detectar alguna posible dificultad, se hacen las derivaciones correspondientes a especialistas para una valoración más completa.

Es importante recordar que no basta con realizar únicamente una audiometría, prueba en la que se utilizan tonos sinusoidales de frecuencias conocidas para detectar posibles dificultades auditivas. Existen otras evaluaciones que permiten explorar funciones más complejas, como la percepción auditiva y el procesamiento del lenguaje. Es decir, un niño puede tener un lenguaje bien estructurado, pero aún así presentar dificultades para comunicarse de manera efectiva.

Sin dejar a un lado la importancia de la inhibición de los reflejos primitivos a la edad esperada, un retraso en su desarrollo afectará el desarrollo motor. Esto, va a interferir en la integración interhemisférica del cerebro y desarrollo de la visión binocular.5

Los movimientos del recién nacido son principalmente homolaterales. Cuando ambos hemisferios del cerebro se integran a través del cuerpo calloso, se favorece un desarrollo adecuado, ya que esto estimula y permite el gateo en cuatro puntos.

Los hemisferios derecho e izquierdo tienen funciones especializadas. Una adecuada habilidad lectora depende del intercambio de información entre ambos hemisferios a través del cuerpo calloso. Por ello, es importante integrar los reflejos que influyen en el trabajo sobre la línea media del cuerpo.

Las funciones ejecutivas, son de gran importancia, ya que son rutinas responsables de monitoreo y regulación de los procesos cognitivos durante la realización de tareas cognitivas complejas.6

Los elementos claves que incluyen las funciones ejecutivas son: (i) anticipación y desarrollo de la atención, (ii) control de impulsos y autorregulación, (iii) flexibilidad mental y utilización de la realimentación, (iv) planificación y organización, (v) selección de forma efectiva de estrategias para resolver problemas y (vi) monitorización.

Una de las principales características de las funciones ejecutivas es su independencia del “input”, es decir, los mecanismos ejecutivos coordinan información procedente de distintos sistemas de entrada (percepciones de distintas modalidades sensoriales), procesamiento (atención, memoria o emociones) y salida (programas motores).

Por ejemplo, algo tan cotidiano como llegar puntual a clase o al trabajo, o simplemente ir al cine o quedar con nuestros amigos, implica un uso adecuado de estas funciones ejecutivas. Si fallan, nuestra conducta no será eficaz y, por lo tanto, nuestros planes y metas no se cumplirán como esperábamos.

Por lo tanto, al realizar estas evaluaciones donde solo se examinan tanto la agudeza visual, como la agudeza auditiva, se asume que el niño ve y escucha bien. Pero el niño está teniendo problemas para aprender y, pueden estar relacionados con el procesamiento de la información visual, auditiva y de lenguaje.

Algunas causas de ciertas dificultades de aprendizaje pueden ser identificadas a través de una evaluación optométrica. La lectoescritura se fundamenta en el procesamiento e integración de la información visual, auditiva, del lenguaje y motora.

REFERENCIAS:

  1. Schuhmacher H. Vision and Learning. A Guide for Parents and Professionals. How Undiagnosed Vision Problems Cause Learning Difficulties and What you Can Do to Unclok Your Child´s Academic Potential. Alemania. 2017
  2. Aribau, E. ¿Puede un Problema Visual Interferir con el Aprendizaje? Barcelona. 2016.
  3. Caloroso EE, Rouse MW. Clinical Management of Strabismus. Boston: Butterworth-Heinemann, 1993.
  4. Zeki S. The visual image in mind and brain. Sci Am 1992.
  5. Blomberg, H. Dempsey, M. Movements That Heal. Rhythmic Movement Training and Primitive Reflex Integration. BookPal. Australia. 2011.
  6. Miyake, Friedman, Emerson, Witzki, Howerter y Wager, 2000

Login

Welcome! Login in to your account

Remember me Lost your password?

Lost Password