En el estudio, la mayoría de los niños experimentaron un mayor tiempo de uso diario cómodo y una mejor agudeza visual.

La popularidad y la facilidad de uso de los lentes esclerales han avanzado a pasos agigantados en los últimos años. Los lentes de diseño miniescleral son perfectos para ojos difíciles de ajustar debido a su tamaño más grande, e incluso son lo suficientemente amigables como para usarlos en sus pacientes pediátricos que comúnmente carecen de cooperación y responsabilidad en el autocuidado. Ahora, los niños de hasta cuatro años pueden usar estos lentes que protegen la visión de manera segura y eficaz para diversas irregularidades de la córnea y trastornos de la superficie ocular.

Un estudio reciente observó las historias clínicas de 52 pacientes pediátricos (un total de 72 ojos) que fueron adaptados para lentes miniesclerales entre 2010 y 2019 (edad promedio 13). Las razones para la elección del lente incluyeron queratocono (29 ojos), cicatrización corneal por traumatismo ocular (16 ojos), enfermedades de la superficie ocular (25 ojos) y cicatriz corneal posqueratitis. Se observaron los siguientes datos:

Agudeza visual sin corregir (UCVA)

Mejor agudeza visual con corrección de gafas (BSCVA)

Visión mejor corregida con la lente

Cómodo tiempo de uso diario

Parámetros de la lente

El tiempo medio de uso diario fue de 10 horas o más para el 46% de los pacientes con miniesclerales, y otro 34% informó una media de ocho horas o más, mientras que el 20% informó menos de ocho horas de uso. En promedio, UCVA y CCVA mejoraron en niños con traumatismo ocular o enfermedades de la superficie ocular después de la adaptación de la lente. La UCVA promedio y la diferencia media entre la VA de las gafas y la VA de las lentes de contacto fueron estadísticamente significativas.

La adaptación de lentes miniesclerales “debe considerarse como una opción terapéutica eficaz en niños con enfermedades corneales graves, como queratocono avanzado, cicatriz corneal traumática con o sin afaquia o psudofaquia, irregularidades poscorneales del injerto y enfermedades graves de la superficie ocular, como SSJ, injerto contra enfermedad del huésped y ojo seco”, escribieron los investigadores en su artículo.

Los autores del estudio enfatizan que la edad debe verse como una barrera a superar y no como un criterio para la adaptación de lentes miniesclerales en pacientes pediátricos. Hacen referencia al concepto de “paciente dual”, lo que significa que el cumplimiento de los padres y los cuidadores y las situaciones socioeconómicas también deben tenerse en cuenta en el tratamiento de los niños con miniesclerales.