Frank Devlyn, ejemplo de pasión y perseverancia
El empresario y fundador de Ópticas Devlyn falleció el 27 de mayo, a los 80 años, dejando como legado, además de sus grandes cualidades como persona, una de las cadenas ópticas más grandes de México.
Su padre le enseñó a tocar puertas para repartir folletos y calendarios que promovían su pequeño negocio familiar, el cual inició en su casa y, con el tiempo, se trasladó a la calle principal de Ciudad Juárez y otra en El Paso, Texas.
Frank Devlyn ayudaba en el lavado de ventanas y la organización de las vitrinas, pero aprendió de negocios con la venta de chocolates que él mismo importaba de la frontera, los cuales comercializaba de puerta en puerta.
A los 17 años decidió integrarse al negocio óptico, pero fue hasta los 22 cuando tuvo que asumir la dirección de las ópticas, después de que su padre falleciera.
Con el apoyo de sus hermanos Jesse y Pat, Frank abrió, en 1962, el primer laboratorio óptico independiente, en un local de Cine Victoria. Posteriormente, inició la expansión de la cadena por Monterrey, San Luis Potosí y Veracruz hasta que un año después llegó a la Ciudad de México.
En los años 70 creció con el modelo de franquicias y para el cambio de siglo la compañía incursionó en Guatemala y El Salvador, para después llegar a territorio estadunidense. Actualmente, Ópticas Devlyn cuenta con alrededor de 1200 sucursales.
Devlyn fue presidente del Club Internacional de Rotarios (integrado por líderes empresariales y profesionales que promueven proyectos de servicio en sectores de salud, ambientales y de pobreza) entre 2000 y 2001 y dirigió la Rotary Foundation entre el 2005 y 2006.
Frank Devlyn estaba casado con Gloria Rita Gómez de Devlyn y le sobreviven tres hijas, Melanie, presidenta del Consejo de Ópticas Devlyn, Stephanie y Jennifer.
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