¿Usa excesivamente los dispositivos móviles? Indíqueles a sus pacientes los mitos, realidades y recomendaciones

La tecnología está cada vez más inmersa en la vida de las personas, todo funciona con una cuenta, tiene una pantalla táctil y hasta el soporte está mediado por un sistema. Tanto así que hasta el tiempo familiar se ha visto afectado por los dispositivos móviles: un celular, una tablet o un computador ahora pasa más tiempo, tanto con niños como con adultos.

Si bien es usual que las personas estén ‘conectadas’, ¿Cuáles son los daños que los dispositivos móviles realmente causan en los ojos? Andrés Solórzano, docente del programa de Optometría de la Fundación Universitaria del Área Andina, Bogotá, explica algunos mitos sobre el uso excesivo de los dispositivos y cuáles son los cuidados que se deben tener.

Solórzano cuenta que, si bien los niños han pasado mucho más tiempo frente a pantallas en los últimos 10 años, algo que ha cambiado en esta dinámica está relacionado con lo que se hace frente al dispositivo.

A este se le puede sumar que, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia, el 60% de los colombianos tienen acceso a internet en sus casas y que, un estudio de la Asociación de la Industria Móvil de Colombia (Asomóvil) indica que los colombianos pasan un promedio de cuatro horas al día sumergidos en los celulares.

Por ejemplo, ya no solo es para hacer tareas del Colegio sino también para jugar y hasta para crear por medio de las aplicaciones. Cualquiera que sea el uso, explica el experto, lo primero que se debe tener en cuenta es que los daños causados en los ojos no son algo nuevo sino que ahora se tiene mucha más consciencia sobre el cuidado que se debe tener.

“En los niños y adultos, no es el exceso de tiempo con el dispositivo sino estar en una misma posición y distancia lo que produce daños”, dice el docente, quien explica que antes la luz azul era considerada lo más nocivo en los dispositivos pero los estudios que se han hecho en los últimos años, han mostrado que influyen es en el ciclo del sueño, es decir, que esta luz altera las células que regulan el sueño. Sin embargo, el daño no es directamente en los ojos.

¿Qué es lo que realmente pasa en los ojos cuando están expuestos a la luz azul por la noche? “Sí es de noche y se acerca la hora de dormir pero se prende el celular y empieza a recibir luz azul que emana la señal que no se puede conciliar el sueño aún, pues confunde al organismo. Esto se evidencia luego en cansancio y fatiga”, agrega Solórzano.

De hecho esto se relaciona con uno de los mitos más frecuente sobre las enfermedades visuales, sobre todo en niños: “La luz azul no causa miopía sino que la aumenta si esta previamente existe”, cuenta Solórzano, quien desmiente que esta sea la causa por la que ahora más niños tienen gafas formuladas desde temprana edad. “Lo cierto es que la miopía es una anomalía con la que se puede nacer pero no es causada por esta luz”, complementa.

Lo que sí causa un daño real es que al usarlos no se hagan pausas. “Usar dispositivos móviles, sin pausas, provoca daños en los ojos de los niños y adicionalmente, causa daños sociales pues los vuelve muy introvertidos, retraídos, no salen, no comparten”, agrega.

Para el experto, si la persona se enfoca en un solo punto o una sola distancia durante mucho tiempo sin ningún movimiento o cambio de posición, la carga ocular que se va a presentar en el ojo es demasiado alta y se va a generar un exceso en el trabajo muscular, que a cierto plazo se traduce en problemas como aumento de miopía (aunque esto no es causado por el uso del celular, eso va en predisposición del paciente).

Según Solórzano, estos son los síntomas más comunes en los niños que pasan tanto tiempo con dispositivos móviles y por los que se debe ir a consulta para tratar el problema a tiempo:

– Enrojecimiento ocular que no es normal, pues genera la frecuencia de parpadeo.

– Dolor de cabeza.

– Tener episodios de visión borrosa, sobre todo al cambiar la distancia del dispositivo.

Las recomendaciones van enfocadas entonces no a saber cuánto tiempo se está frente al celular sino cuántas veces se hace pausa. Lo recomendado es que por cada hora se haga una o dos pausas de 2 minutos, cambiando de posición, dejar el aparato y caminar un rato o asomarse por la ventana.

Adicionalmente, el docente de área andina hace un llamado a los padres para que “dejen ese mal hábito de entretener a los niños con un dispositivo, pues el daño no es solo en los ojos sino también social. Sobre todo si es menor de cuatro años, pues en su concepto, a esa edad simplemente no se pueden usar estos dispositivos”.

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