Por: Michael Dittman , OD
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Dos de los temas más candentes en la atención oftalmológica actual son el manejo de la miopía y el tratamiento del ojo seco. Sin embargo, a pesar de su gran prevalencia en optometría, muchos profesionales no están tratando estas afecciones de forma óptima.
La historia del jamón
Desafortunadamente, muchos profesionales siguen ofreciendo a los pacientes miopes gafas monofocales o lentes de contacto, y a los pacientes con ojo seco se les administran lágrimas artificiales sin receta. La recomendación general para estos pacientes es mantener sus citas oftalmológicas anuales. O bien, se les aconseja, con la terrible trágica advertencia de volver a la consulta “cuando sea necesario”. Estos planes de tratamiento me recuerdan la infame “Historia del Jamón”.
La “Historia del Jamón” cuenta la historia de una niña que observaba a su madre hornear un jamón para una reunión familiar. Observó que su madre cortaba los extremos del jamón antes de meterlo al horno. La niña le preguntó por qué cortaba los extremos, y su madre respondió que había aprendido la técnica de su abuela, pero que no tenía claro el motivo. Curiosa, la madre llamó a su abuela para preguntarle por el jamón.
Para consternación de todos, la abuela no tenía ni idea de por qué también cortaba las puntas. El trío decidió contactar con la bisabuela de la niña para entender esta peculiar tradición familiar. Cuando la bisabuela contestó el teléfono, le plantearon la fascinante pregunta: “¿Por qué le cortan las puntas al jamón antes de meterlo al horno?”. La bisabuela rió entre dientes y dijo: “¡Nunca tuve una sartén lo suficientemente grande para un jamón entero, así que siempre tenía que cortar las puntas para que cupiera!”.
Adopción de las opciones de tratamiento actuales
La moraleja de esta historia es que las personas, incluidos los profesionales de la salud visual, a menudo se aferran a prácticas obsoletas sin cuestionarlas. Los optometristas deben mejorar el manejo de estas enfermedades para obtener mejores resultados para sus pacientes.
Si es nuevo en una o ambas afecciones, es comprensible que tenga preguntas sobre dónde o cómo empezar. No se preocupe: este artículo abordará estas importantes preguntas y explorará la conexión entre reconocer y tratar la miopía y el ojo seco.
Comience en el registro del paciente
El registro del paciente es la primera oportunidad para indagar sobre estas afecciones. Es fundamental que el personal sepa qué pacientes son candidatos potenciales para el tratamiento de la miopía o el ojo seco. Los profesionales de la salud y el personal de la clínica deben saber que todo paciente menor de 18 años es un posible paciente con miopía. De igual manera, si el paciente tiene 18 años o más, se asume la posibilidad de enfermedad de la superficie ocular u ojo seco hasta que se demuestre lo contrario.
Sin embargo, los profesionales sanitarios también deben ser conscientes de que los menores de 18 años también pueden padecer la enfermedad del ojo seco. Investigadores realizaron una búsqueda bibliográfica entre 2000 y 2002 en PubMed, identificando 54 estudios elegibles de 2633 artículos.<sup> 1</sup> Los resultados fueron reveladores, ya que la prevalencia de la EOS en niños oscilaba entre el 5,5 % y un impresionante 23,1 %.
Una vez establecido esto, piense en su consultorio. ¡Aproveche la sala de espera! Coloque folletos y letreros que hablen sobre los tratamientos para la miopía y el ojo seco en un lugar visible para todos los pacientes. Cree cuestionarios que resalten el riesgo potencial del paciente de padecer o desarrollar estas afecciones.
Para quienes buscan miopía, es importante preguntar sobre el historial refractivo de sus familiares (como padres o hermanos). En el caso de los niños, asegúrese de preguntar sobre su estilo de vida, incluyendo el tiempo que pasan con dispositivos y al aire libre. Afortunadamente, ya existen excelentes herramientas para la evaluación del ojo seco, como la prueba de velocidad o el OSDI. El personal de la clínica puede proporcionar los cuestionarios al registrarse y los pacientes pueden completarlos mientras esperan su cita.
Pruebas previas
Su técnico puede continuar con las preguntas del paciente durante la prueba previa. Este es un buen momento para preguntarle sobre los deportes o la natación durante el verano, ya que estos factores pueden ayudarle a decidir si la ortoqueratología podría ser un tratamiento exitoso para la miopía en comparación con las lentes de contacto multifocales blandas. A los nuevos pacientes que usan gafas se les debe preguntar sobre los cambios en la graduación de los últimos años.
Por otro lado, a los posibles pacientes con ojo seco se les debe preguntar sobre su experiencia con visión borrosa intermitente, formación de costras en los ojos por la mañana, lagrimeo o cansancio al final del día. Asegúrese de que el técnico esté muy atento a las respuestas positivas y anímelo a hablar sobre las posibles causas con el paciente. También puede proporcionarle folletos sobre la enfermedad para obtener más detalles sobre su tratamiento.
La información es poder
Además de los exámenes previos tradicionales, incorporar lecturas de longitud axial para pacientes menores de 18 años es beneficioso tanto para pacientes miopes como para aquellos sin miopía. Los resultados se pueden usar para crear una tabla que determine la tasa de crecimiento ocular y para evaluar la eficacia de cualquier tratamiento para la miopía que elija. En nuestra clínica, actualmente utilizamos (y adoramos) Ocumetra, lo que nos facilita la educación de los padres de nuestros pacientes más jóvenes.
Además, considere realizar una meibografía a todos los pacientes, especialmente a los mayores de 18 años. La meibografía es una herramienta educativa fantástica que subraya la importancia del tratamiento del ojo seco. Una herramienta popular es el Oculus Keratograph 5M, que mide la meibografía y realiza análisis lagrimales y del tiempo de ruptura lagrimal. Para quienes buscan optimizar el espacio o necesitan adquirir ambos equipos, el Topcon MYAH es una herramienta extremadamente robusta que permite realizar mediciones de longitud axial y también meibografías.
Educación del paciente e inicio del tratamiento
Una vez completado el registro y las pruebas previas, es momento de educar al paciente. Es fundamental educarlo sobre la miopía progresiva y el ojo seco, así como sobre los peligros asociados a estas afecciones si no se tratan.
También es recomendable compartir información que los pacientes puedan revisar en casa. Asegúrese de incluir información adicional sobre todos los aspectos del programa específico de la enfermedad, incluyendo los tratamientos disponibles, el costo y los detalles del proceso de tratamiento. Una opción es un video educativo realizado personalmente por el optometrista. Se puede acceder a estos mediante un código QR que enlaza al sitio web del consultorio con el video integrado.
Es tentador integrar todos estos emocionantes hábitos en la consulta de atención primaria, pero es difícil integrarlos a la perfección en el proceso de consulta existente. Personalmente, he observado una mayor tasa de éxito cuando el paciente regresa a una consulta programada, habiendo sido bien informado sobre el proceso.
Encontrar el éxito
Supongamos que una clínica optométrica o un profesional de la salud sigue estos pasos e implementa estos protocolos en su consulta de atención primaria. En ese caso, se sorprenderán de la cantidad de pacientes que son candidatos a estos servicios, lo que les permite tratar la miopía y el ojo seco al más alto nivel.
También es interesante ver cómo elevar el nivel de atención en nuestras consultas para una especialidad puede aumentar la cantidad de derivaciones para ambas. En numerosas ocasiones, en nuestra consulta, hemos iniciado planes detallados de tratamiento para el ojo seco para padres que llevan años padeciéndolo, a quienes otros oftalmólogos les han recomendado simplemente usar lágrimas artificiales. Una vez que logramos demostrarles que el ojo seco es una enfermedad y que tenemos opciones para mejorar la atención, suelen traer a sus hijos para el tratamiento de la miopía. En estos casos, los padres se dan cuenta rápidamente de las similitudes entre el ojo seco y la miopía. Así como las lágrimas artificiales no solucionan la sequedad, las gafas de mayor potencia no solucionan la miopía de sus hijos.
En última instancia, a medida que los proveedores mejoran la atención que ofrecen a sus pacientes, también aumentarán la rentabilidad de su práctica. ¡Es una situación en la que todos ganan!
Referencias
1 Stapleton, F. et al. Ojo seco en jóvenes: Una revisión narrativa . The Ocular Surface, vol. 31, enero de 2024, págs. 11-20.


