#Pacientes: eduque a los padres sobre la salud visual en los niños
José María Plata Luque O.D.
Es indudable, que en los últimos tiempos el abordaje del examen funcional optométrico en los niños, ha involucrado una serie de factores que han obligado a los profesionales de la salud visual y ocular, no solo a considerarlos, sino también a modificar la estructura de la anamnesis, los procedimientos clínicos, el pronóstico, diagnóstico y prescripción. Pero lo que se considera como sustantivo, es profundizar con el núcleo familiar el interrogatorio sobre aspectos genéticos, antecedentes familiares, hábitos visuales del niño, tiempo de recreación al aire libre, distancias habituales de fijación, uso y tipo de dispositivos electrónicos, entre los más significativos.
Todo lo anterior, se considera puesto que, no solo nuestra práctica nos ha obligado a optimizar las técnicas para la obtención idónea de la corrección óptica, dado que la mayoría de los casos son pacientes hipermetrópicos y como tales se debe analizar su ametropía presente y correlacionarla con el desarrollo de la visión binocular, la fijación, su agudeza visual, el estado motor y acomodativo, las disfunciones heterofóricas, la presencia de estrabismo
y el desarrollo cognitivo del niño examinado.
Para la presente época se suman dos variables, que se deben involucrar integralmente en el estudio holístico de nuestros pequeños pacientes: La epidemia de miopía descrita desde hace 7 años por Kevin Naidoo del Brian Holden Institute y que ha estimado que, para el 2050 la mitad de la población mundial la padecerá; y la otra, la irrupción de las nuevas tecnologías de dispositivos tales como móviles, tabletas, computadores, televisores de última generación, que todo parece indicar han impactado negativamente en el sistema visual y el globo ocular.
Como es sabido, el desarrollo y maduración del sistema visual durante los primeros años de vida, recae en nosotros con una doble responsabilidad: por una parte, actualizar todos los procedimientos de examen, conocer y aplicar -en casos de miopíalos diferentes sistemas de diagnóstico diferencial de la etiología y definir en cada caso en particular, la corrección más pertinente en términos de control de la miopía, tales como lentes oftálmicos de desenfoque periférico o progresivos, lentes blandos multifocales de adición periférica, atropina a las diferentes concentraciones recomendadas, lentes RGP de ortoqueratología o las combinaciones de todos estos, según estudios recientes y validados. Por la otra, indagar exhaustivamente con los padres de los niños los hábitos de distancia (horizontal y altura), posición e iluminación para educarlos en el cuidado del sistema visual y su impacto en la sintomatología astenópica, síndrome visual informático -SVI-, fatiga visual, cefaleas, congestión conjuntival, etc. que en la mayoría de los casos ellos no asocian con problemas visuales. Asimismo, si se acercan demasiado a la tv o a los textos y dispositivos, si entrecierran los párpados para enfocar, si se duermen fácilmente haciendo sus tareas escolares, etc.
Sumado a todo lo anterior, confluye en esta época la aparición de la pandemia, que desde más de año y medio nos tiene confinados y que para los niños ha obligado a multiplicar el uso de dispositivos para poder estudiar. Esto ha traído como consecuencia la presencia de síntomas y sus anomalías, que posiblemente estaban enmascarados con el estudio en aula presencial.
Es de capital importancia la educación de los padres en relación con el monitoreo que deben realizar, en comunicación permanente con su profesional, para prevenir la aparición de defectos visuales y oculares, que no alteren o interrumpan el desarrollo oculo-visual de sus hijos.
El Brien Holden Institute, determinó, basado en un estudio realizado a población asiática, que la progresión de la miopía está relacionada con el uso excesivo de la visión próxima, especialmente con el uso de dispositivos con pantallas digitales y muy pocas actividades al aire libre.
Existe la creencia de algunos familiares que como los niños son muy pequeños, debe esperarse a que crezcan para llevarlos a examen, pues de tan corta edad no responderán a un examenque consideran en su esencia subjetivo. Debemos pues, instarlos a que acudan al especialista, inicialmente a un tamizaje neonatal y posteriormente a los 6 meses de nacido. Es muy importante instruir y documentar a los padres, sobre los siguientes aspectos:
• Desarrollo del globo ocular y las agudezas visuales acordes con la edad.
• Información clara, precisa y concisa sobre los defectos visuales y enfermedades oculares de más frecuente prevalencia en los niños.
• Los hábitos de estudio, lectura y recreación de cada pequeño paciente.
• Las reglas de higiene visual y protección ocular, que se deben tener en cuenta en la población infantil.
• La importancia de educar a sus hijos en el cumplimiento del uso de sus correctivos oftálmicos, terapias visuales o medicamentos para la preservación y su adecuado desarrollo y que permitan protegerlos de la ambliopización o alteraciones del sistema binocular, sensorial, acomodativo y motor.
•La necesidad de asistir a controles semestrales o anuales, puesto que el ojo en desarrollo desactualiza muy rápidamente las correcciones de anteojos o lentes de contacto.
• Insistirles a los padres sobre la importancia de adecuar las condiciones de iluminación, las posturas para leer escribir o ver tv y dispositivos
y las distancias de trabajo visual adecuado.
• Documentar a los padres, en la adecuación de la distancia de fijación en visión próxima, según la Distancia de Harmon. Que es la distancia que existe entre el codo y los nudillos con el puño cerrado. Debe adecuarse el escritorio y la silla donde el niño realiza sus actividades a
las distancias requeridas.
Según un estudio realizado recientemente en España (2014), el 50% de los niños que necesita anteojos no los lleva, por el desconocimiento de los padres acerca de los problemas visuales de sus hijos. Solo 3 de cada 10 niños europeos menores de 7 años (2015), se somete a revisiones visuales periódicas, cuando se sabe que 1 de cada 3 casos de fracaso escolar es debido a un problema visual pues va en desmedro de la eficiencia visual, el desempeño de sus tareas y la generación de síntomas y en muchos casos discapacidad.
Finalmente, la responsabilidad de nosotros es tal, que si nuestras competencias en la atención pediátrica es limitada, es ético y perentorio la remisión a un colega con especialización en el área e insistir en los padres, que la colaboración y visitas oportunas, redundan en una detección temprana de los problemas, para el normal desarrollo ocular y preservación de la visión de sus niños.
La industria óptica cuenta con grandes aliados para la atención temprana de las necesidades visuales de los pacientes pediátricos. MIRAFLEX, por ejemplo, ofrece un amplio portafolio de soluciones oftálmicas, que además de proporcionar comodidad y seguridad, están diseñadas considerando las condiciones visuales y las características de la estructura cráneo facial de los niños en cada etapa de su vida. Para conocer el portafolio de MIRAFLEX® ingrese a www.miraflex.com.co
Referencias
Abc=es.con.amproject.org
Expósito R., María Belén. Incidencia de las habilidades visuales en la lectura y en el rendimiento académico, Universidad Internacional de La Rioja, Trabajo de Maestría, Badajoz, 2012 Gil del Río, E. Problemas visuales en la infancia, de. Ediciones Literarias y científicas, España, 1977.
Plata, José M., Experiencia personal 1973/2021 v Reina Z., Henry Optometría Pediátrica, Bogotá, Areandina, 2011.
Ríos G., Ana. ¿Es la miopía un problema? Factores a tener en cuenta, Saera,Castellón de la Plana, España, 2021
www.educavision.com
www.conciencia visual.com