Optometría deportiva, más que deporte

En la última década se ha venido popularizando entre los profesionales de la salud visual, el término optometría deportiva, para referirse al entrenamiento de las funciones visuales aplicadas a la práctica deportiva de alto rendimiento.  Sin embargo, cuando hablamos de deporte es inevitable hablar de movimiento, y haciendo referencia a este último, cada vez es más conocido que su relación con la visión está estrechamente relacionada con funciones cognitivas en diferentes niveles de complejidad,1 desde las básicas como la sensación, percepción, atención y memoria hasta funciones ejecutivas de planeación, lenguaje y toma de decisiones.

La supremacía de la visión en la integración sensorial determina su extrema influencia en procesos mentales que nos permiten entender, seleccionar, administrar recuperar y relacionarnos con la información que proviene del mundo a través de una respuesta de nuestro cuerpo.  Por lo anterior, es limitante hablar solo de escenarios deportivos élite al referirnos a la relación entre la visión y el movimiento.

El 80% de la información que llega a nuestro cerebro proviene de la visión, el 50% de los circuitos neuronales se vinculan directa o indirectamente con la visión y aproximadamente el 20% de las fibras nerviosas de los tractos neuronales del ojo interactúan con el sistema vestibular, las partes del oído interno y el cerebelo, ayudando a controlar el equilibrio, apropiar una postura o gesto corporal, aplicar cualquier movimiento coordinado como respuesta a un estímulo. (integración visomotora).2

La visión y el movimiento hacen parte esencial del desarrollo de todos los seres humanos, que mediante el mecanismo de estímulo – respuesta, están presentes en actividades diarias de supervivencia como comer o dormir, así como aprender, practicar un oficio, relacionarse con otros individuos, movilizarse como actor vial, hacer actividad física o practicar de manera amateur o profesional un deporte.

La optometría deportiva, examina, mide, diagnostica, trata y entrena las funciones visuales y cognitivas de los practicantes de cualquier actividad física que requiera coordinación general: por lo cual los pilares del ejercicio clínico de esta área, son la visión, la protección, la seguridad, la reeducación y rehabilitación. Analizar y entender a la visión como un sistema preciso en que cada área sensorial y motora ejercen una respuesta en pro de la decisión de movimiento más acertado.

Sistema visual y ocular

La medición de la agudeza visual en el deporte ha sido un tema controversial, en el sentido en que, al hablar de movimiento, lo ideal sería tomar un dato de resolución visual en el que el individuo esté en movimiento y el estímulo estático, viceversa, o ambos en movimiento y los sistemas de medición actuales no nos dan estos datos. Es importante dar la mejor corrección refractiva que el paciente requiera al igual que la prescripción de la mejor solución visual disponible, entendiendo el uso que le dará el paciente, no es lo mismo un escalador de montaña que un jugador de ajedrez, un ciclista o un futbolista.

Medir la capacidad de percibir la profundidad y la distancia con precisión (estereopsis), la visión del color, los movimientos sacádicos, de seguimiento, la acomodación y las vergencias son cruciales al momento de emitir un informe del funcionamiento del sistema visual, porque nos dará los lineamientos acerca del plan de entrenamiento visual y cognitivo para el jugador.

Valorar la integridad de las estructuras del ojo, tanto de la superficie ocular como del polo posterior es otro ítem clínico que no podemos dejar de lado. Una película lagrimal deficiente, por ejemplo, puede alterar la agudeza visual y el mismo confort general del deportista, alergias, pterigión y cualquier hallazgo clínico debe ser tratado adecuadamente.

Protección y seguridad

El objetivo es procurar el máximo desempeño del deportista y es aquí donde cada detalle cuenta. La adaptación de armazones que brinden protección y seguridad, garantizando la envolvencia en el diseño del frontal y los aros, ajustabilidad en el puente nasal, agarre de las varillas al cráneo para dar estabilidad al movimiento y la vibración, resistencia a impactos y temperaturas, al igual que lentes super hidrofóbicos y oleofílicos que disminuyan al máximo el empañamiento, filtros que mejoran el contraste y disminuyen el resplandor del sol como los polarizados, son las opciones que junto con los lentes de contacto se deben prescribir teniendo en cuenta las siguientes variables.3

Variables externas:

Condiciones del entorno en el que se desarrolla la práctica deportiva, como la Iluminación: día o noche, natural o artificial; lugar: espacio abierto o cerrado, tierra, mar o aire. Situaciones del medio ambiente: Las estaciones climatológicas, nevados, desiertos, vientos.

Variables de la actividad:

Deportes individuales o grupales, de contacto, de fuerza, de velocidad, tiempo de juego, indumentaria reglamentaria.

A partir de la prescripción óptica, al momento de hacer la adaptación de estas soluciones visuales especializadas, se deben tener en cuenta las medidas de personalización para el montaje, el diseño del lente oftálmico o de contacto y la compensación de la formula óptica dependiendo del gesto postural del deportista.

Reeducación y rehabilitación

Es importante aclarar la diferencia entre entrenamiento visual y terapia visual. El primero se refiere a potencializar con el uso de diferentes metodologías, el desempeño de las funciones visuales que están dentro de los valores de normalidad, con el objetivo general, de mejorar el tiempo de reacción, que es el resultado de la integración motora y sensorial, representado en la decisión del atleta de ejercer o no un movimiento, mediante el análisis en milisegundos de las variables del campo de juego como la distancia y volumen de los objetos así como variables del (los) contenedor (es); fuerza y velocidad.

La terapia visual, se usa cuando se han diagnosticado disfunciones no estrábicas de la visión binocular y comprende el uso de diferentes técnicas encaminadas a reeducar la latencia (inicio del movimiento), la firmeza y la precisión de los movimientos oculomotores, promoviendo un equilibrio perfecto entre el sistema sensorial y motor, para lograr una respuesta eficiente en las diferentes tareas del individuo.

Si bien, 1 de cada 3 personas en el mundo tiene un defecto visual que puede requerir corrección 4, las alteraciones de la visión binocular cada vez son más frecuentemente diagnosticadas en nuestra práctica clínica, puede que no esté afectada la agudeza visual, pero sí otras funciones visuales que están sujetas a intervención, para garantizar el normal funcionamiento del sistema visual.

Durante la práctica deportiva de alto rendimiento o amateur se pueden presentar golpes, choques, sacudidas o caídas en los que esté comprometida la cabeza y el cuerpo, con o sin pérdida del conocimiento, que puede manifestar alteraciones cognitivas posteriores, falta de coordinación, dolor de cabeza o mareo e incluso diplopía. Puede requerir el uso de medicamentos, reposo y paciencia ya que dependiendo de la complejidad del caso se requiere la intervención transdisciplinar del caso, en donde tanto en la valoración como en el seguimiento el profesional de la salud visual especializado tiene bastante por aportar.

Fanny Rivera Pinzón. Optometra, Diplomada en Neurociencias aplicadas al movimiento, Docente universitario, Directora Científica en Fitvision optometría deportiva, Directora para Colombia de Neurar Internacional.

  1. Encoding of 3D Head Orienting Movements in Primary Visual Cortex.Grigori Guitchounts, Javier Masis, Steffen BE Wolff, David Cox. Neuron (2020).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2020.07.014
  2. Canegallo M.Brain Vision TrainingR- Estudio y entrenamiento de la visión en el deporte de Alto Rendimiento. Editorial Autoría. Buenos Aires Argentina. 2019
  3. Plata Luque José María, Acosta Martínez Reinaldo. Óptica oftálmica aplicada, 2a edición 2014.
  4. https://www.who.int/es/news/item/08-10-2019-who-launches-first-world-report-on-vision

La epiescleritis y escleritis son dos patologías esclerales inflamatorias que se caracterizan por signos como hiperemia y dolor ocular (1). Los invitamos para que lean el siguiente artículo, escrito por varios estudiantes del IX semestre de optometría, de la Universidad El Bosque.

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