Celulitis preseptal secundaria a picadura de insecto

La celulitis es definida como un proceso infeccioso agudo de la epidermis, dermis e hipodermis; caracterizada por presentar en algunos casos rubor, dolor, tumor y calor.

La celulitis es definida como un proceso infeccioso agudo de la epidermis, dermis e hipodermis; caracterizada por presentar en algunos casos rubor, dolor, tumor y calor.

Daniel Steven Barbosa Melo

Jeimy Catalina Carranza Castro

Luisa Alejandra Hurtado Vargas

Sara Milena Montañez Ordoñez

Estudiantes Optometría X Semestre, Universidad El Bosque 2024

La celulitis es definida como un proceso infeccioso agudo de la epidermis, dermis e hipodermis; caracterizada por presentar en algunos casos rubor, dolor, tumor y calor. En el estudio de Cruz (2019) se establece que esta manifestación se presenta con mayor prevalencia en hombres con edades menores de 5 años teniendo como la causa más frecuente las picaduras de insecto (1).

Las celulitis que afectan el globo ocular se clasifican principalmente en celulitis preseptal (CP) y orbitaria, dependiendo de su compromiso con respecto al septo orbitario. La celulitis preseptal o periorbitaria, es la más común, afecta los tejidos blandos del área anterior al septum orbitario, especialmente en niños menores de 2 años. Por otro lado, la celulitis orbitaria (CO) o postseptal afecta los tejidos más allá (o detrás) del septo, tiene un pronóstico más grave, es más prevalente en niños mayores y suele estar asociada con sinusitis en hasta un 98% de los casos (2, 3).

Por lo anterior el propósito de esta revisión fue analizar la información existente en la literatura científica sobre celulitis preseptal. Esto incluyó revisar la etiología, epidemiología, fisiopatología, características clínicas, diagnóstico, opciones de tratamiento y complicaciones asociadas.

Celulitis preseptal:

Es la inflamación del tejido blando alrededor del globo ocular afecta los párpados y no la órbita. Se denomina preseptal debido a que la infección se localiza delante del septum orbitario, un tabique fibroso que se extiende desde el periostio del cráneo hasta el párpado. Este septum funciona como una barrera contra la propagación de procesos infecciosos desde el tejido preseptal hacia la órbita (4-5).

Epidemiología:

Esta patología es relevante durante las temporadas en las que se incrementan las infecciones respiratorias y sus complicaciones, principalmente en los meses fríos. Entre el 85% al 90% de los casos corresponden a celulitis preseptal, mientras que la celulitis orbitaria anterior solo constituye el 5% al 10% de los casos; es comúnmente observada en niños menores de cinco años (4).

En Dinamarca, se encontró una incidencia de 1.5 casos por cada 100.000 niños menores de 14 años al año. En Estados Unidos, se estima una incidencia de 2.3 casos por cada 100.000 niños al año. En México, se halló una incidencia de 3.3 casos por cada 10.000 niños al año en menores de 14 años. En Chile, la incidencia de celulitis preseptal en niños menores de 15 años fue de 4.5 casos por cada 100.000 habitantes en el año 2013 (6).

Es fundamental señalar que tanto la tasa de incidencia como la prevalencia pueden experimentar variaciones dependiendo de la población estudiada, la ubicación geográfica, las características demográficas y otros factores propio de la regiòn (6).

Fisiopatología:

La fisiopatología de la celulitis preseptal involucra principalmente tres formas de infección: por extensión directa desde los senos adyacentes, por inoculación directa después de un trauma o infección de la piel, o por bacteriemia desde un foco distante. La proximidad de los senos paranasales, los órganos nasolagrimales y los dientes a la órbita aumenta el riesgo de celulitis. La falta de válvulas en el sistema venoso entre las cámaras faciales facilita la difusión de bacterias durante la enfermedad infecciosa. La delgada piel de los párpados y el tejido subcutáneo poco manejables aumentan la susceptibilidad a la infección y la rápida edematización. La celulitis preseptal suele ser resultado de infecciones primarias o secundarias causadas por hematomas, heridas, mordeduras, picaduras de insectos, lesiones cutáneas, procesos inflamatorios o bacteriemia, especialmente en niños menores de 36 meses (4).

Etiología infecciosa:

La celulitis preseptal puede desencadenarse por lesiones directas al párpado, como traumas, propagaciones de infecciones y picaduras de insecto. Por lo general, las infecciones que se desarrollan en el tejido periorbitario se debe a lesiones o infecciones cutáneas como las picaduras de insecto, esta causa es más prevalente en niños entre los 3 y 36 meses de edad quienes son pacientes de alto riesgo de contraer y desarrollar patologías secundarias a una picadura. Cuando hay presencia de celulitis preseptal por insectos las bacterias más comunes son Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes, además de una influencia de los Streptococcus pneumoniae, los cuales favorecen al aumento de la aparición de la infección que se puede extender y generar mayores daños a nivel ocular (4,7).

Características clínicas:

La inflamación unilateral palpebral, el eritema y aumento local de calor son signos y síntomas frecuentes y compartidos por la CP y CO, ambas patologías pueden presentar adicionalmente fiebre y leucocitos. Estas manifestaciones antes mencionadas están presentes en las dos clases de celulitis existentes, sin embargo, hay signos y síntomas que pueden ayudar a realizar un diagnóstico diferencial entre CP y CO (8) (Tabla 1).

Tabla 1. Características clínicas de la celulitis preseptal (8).

Complicaciones oculares:

La celulitis preseptal puede incluir complicaciones graves como la propagación de la infección a estructuras cercanas como el cerebro, el seno cavernoso y la médula espinal. Esto puede ocurrir cuando las bacterias invaden los vasos sanguíneos y causan trombosis o cuando se produce una extensión directa de la infección a través de tejidos adyacentes (6) (Tabla 2).

Tabla 2. Clasificación de Chandler de la celulitis preseptal

Sistema de clasificación de la celulitis preseptal en función de la gravedad de la enfermedad y ayudar en la toma de decisiones clínicas y terapéuticas. Esta clasificación se divide en cinco etapas (10).

Diagnóstico:

Para el diagnóstico temprano y oportuno de la celulitis preseptal es fundamental la exploración de las manifestaciones clínicas, los resultados de los exámenes de laboratorio y los estudios de imagen (11). Durante la evaluación clínica que abarca la revisión de la historia médica y el examen físico se deben observar detalladamente los síntomas habituales como enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor en la región periorbitaria. Además, es esencial evaluar la función ocular incluyendo la agudeza visual, los movimientos oculares, la presión intraocular y la pupila. Los exámenes de laboratorio pueden incluir cultivos bacterianos y análisis sanguíneos para detectar la infección. Las pruebas de imagen como la tomografía computarizada y la resonancia magnética son útiles para identificar posibles complicaciones y determinar la extensión de la infección. Una vez confirmado el diagnóstico es vital iniciar el tratamiento para evitar complicaciones graves (6).

Diagnóstico diferencial:

Es importante tener en cuenta el diagnóstico diferencial de la celulitis que incluye diversas condiciones. Por lo tanto, es esencial examinar detenidamente la historia clínica y los síntomas asociados en cada paciente (12).

  • Celulitis orbitaria
  • Edema causado por exceso de líquidos corporales
  • Miositis orbitaria
  • Picaduras de insectos
  • Traumatismos
  • Alergia
  • Cáncer
  • Otras enfermedades inflamatorias de los ojos como orzuelo, dacriocistitis, inflamación de las glándulas lagrimales y conjuntivitis (4).

Tratamiento:

El principal enfoque del tratamiento para la celulitis preseptal es el uso de antibióticos de amplio espectro de manera empírica dirigidos principalmente hacia los microorganismos más frecuentes como Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae (13). En el caso de la celulitis orbital, los antibióticos deben ser efectivos contra organismos anaeróbicos y deben tener una buena penetración en el sistema nervioso central (14).

La Academia Americana de Oftalmología (AAO) recomienda los antibióticos orales como la amoxicilina-clavulánico o la cefalexina para casos leves, mientras que se recomienda el uso de antibióticos parenterales como la ceftriaxona o la clindamicina más la cefotaxima para casos moderados a severos. La duración del tratamiento varía según la gravedad del caso y puede ser de 7 a 14 días. La AAO recomienda la hospitalización en casos de pacientes con celulitis preseptal grave, celulitis secundaria a sinusitis complicada, síntomas sistémicos significativos o deterioro clínico continuo después de recibir tratamiento adecuado. Esto se debe a la necesidad de monitorizar y tratar a estos pacientes de manera más agresiva. Además, en casos de absceso subperióstico, la AAO recomienda la cirugía para drenar el absceso (15) (Tablas 3 y 4).

Tabla 3. Tratamiento Vía Endovenosa (4).

Conclusiones:

La celulitis preseptal y orbitaria son emergencias oftalmológicas críticas. Aunque se considera que la celulitis preseptal tiene un riesgo bajo de complicaciones, existe la posibilidad de que progrese y se convierta en celulitis orbitaria que puede causar alteraciones graves.

La celulitis preseptal es una infección frecuente en niños que afecta el área alrededor del ojo y puede ocasionar complicaciones graves si no se diagnostica y trata de manera adecuada.

Cuando la celulitis preseptal se complica o hay sospecha de absceso, a menudo se requiere una intervención quirúrgica para drenar el pus acumulado y reducir la presión dentro de la órbita.

Recomendaciones:

Al momento de la exploración física y anamnesis del paciente es necesario indagar minuciosamente sobre traumatismos recientes y/o picaduras de insectos para identificar la posible causa de la celulitis preseptal.

Es esencial realizar una evaluación exhaustiva del paciente pediátrico con sospecha de celulitis preseptal que incluya una historia clínica completa, un examen físico detallado y en ocasiones, pruebas de imagen como la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Este enfoque integral ayuda a confirmar el diagnóstico, evaluar la gravedad de la condición y determinar el mejor plan de tratamiento para el paciente.

Es fundamental implementar programas educativos y de concientización dirigidos a padres, cuidadores y profesionales de la salud para aumentar la comprensión sobre la celulitis preseptal en niños, sus señales de alerta y la importancia de buscar atención médica precoz. Estos programas pueden desempeñar un papel crucial en la identificación temprana de la enfermedad y en la prevención de complicaciones graves al garantizar que se tomen medidas rápidas y adecuadas ante cualquier indicio de esta condición médica.

Agradecimientos: A la Dra. Diana V. Rey pro la corrección de estilo y motivación por escribir.

Referencias:

  1. Montes Piñas, K. (2020). Caracterización de pacientes hospitalizados con celulitis en el servicio de pediatría del hospital de barranca cajatambo 2018-2019.
  2. Amador, J. T. R. Celulitis orbitaria y periorbitaria.
  3. Sanjuan Muñoz, A. I. (2019). Celulitis orbitaria con diseminación hematógena por Staphylococcus aureus meticilino sensible, en paciente con enfermedad granulomatosa crónica, trasplantado de células progenitoras hematopoyéticas. Reporte de caso y revisión de la literatura.
  4. Surichaqui Rojas, F. (2020). Características Clínicas, Epidemiológicas y Terapéuticas de celulitis periorbitaria en pacientes pediátricos del hospital José Agurto Tello de Chosica2014-2017”.
  5. Sánchez, R. E. (2016). Celulitis preseptal. Revista Médica Sinergia, 1(10), 8-11.
  6. Martínez Noriega, A. S. (2023). Actualización diagnóstica y tratamiento de celulitis periorbitaria en el paciente pediátrico (Bachelor’s thesis, Universidad Técnica de Ambato/Facultad de Ciencias de Salud/Carrera de Medicina).
  7. Arteaga Bonilla R, Arteaga Michel R. (2003). Celulitis preseptal y orbitaria. Rev. Soc. Bolivia Pediatría.
  8. Contreras Gil, F. M. (2019). Prevalencia de celulitis en el servicio de Pediatría del Hospital Regional de Huacho 2017-2018.
  9. Bejarano, F. C., & Campos, J. V. Q. (2018). Celulitis preseptal y orbitaria. Revista Médica Sinergia, 3(11), 3-9.
  10. Carrillo, J. D. R., Guerrero, E. V., & Uribe, M. C. M. (2017). Celulitis orbitaria complicada por absceso subperióstico debido a infección por Streptococcus pyogenes. Boletín Médico del Hospital Infantil de México, 74(2), 134-140.
  11. Cruz Gutiérrez, G. M. (2019). Factores de riesgo de celulitis en niños del servicio de pediatría del Hospital Sergio E. Bernales Collique 2017-2018.
  12. Acosta Gualandri, A. (2010). Celulitis en niños: una perspectiva clínica.
  13. Fanella, S., Singer, A., & Embree, J. (2011). Presentation and management of pediatric orbital cellulitis. Canadian Journal of Infectious Diseases and Medical Microbiology, 22, 97-100.
  14. Fernández, J. B., & Fernández, M. M. (2014). Celulitis preseptal y orbitaria. Pediatr Integr, 18, 108-14.
  15. Academia Americana de Oftalmología. Periorbital cellulitis.

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