Un mundo socialmente justo, debe incluir la buena visión

Recientemente, se conmemoró el Día Mundial de la Justicia Social de las Naciones Unidas. Este día reconoce las desigualdades que impiden que millones de personas vivan una vida plena y fomenta a comprometerse con acciones que fortalezcan las sociedades para todos.

Este día puede ser un punto de reunión para todos nosotros. Como defensores de la visión, el tema de este año, “Superando barreras y desbloquear oportunidades para la justicia social”, hizo un llamado a la acción relevante y fuerte.

Con más de 2.700 millones de personas que todavía necesitan corrección visual para ver más y ser más, porque aún no han recibido la atención que necesitan, la mala visión puede ser una barrera insuperable para vivir su vida al máximo, y con esta población en riesgo de quedar atrapada en un ciclo de pobreza y desigualdad debido a la pérdida de visión, existe la posibilidad de que miles de millones se vean frenados de la educación, el buen empleo, la atención médica y el nivel de vida que merecen. Queda claro que enfrentar el desafío de la buena visión es clave para un mundo más justo.

¿Qué significa para una sociedad ser justa y cómo podemos aplicar los principios de justicia social para crear un mundo más equitativo a través de la buena visión? En su forma más básica, la justicia social, como la lucha por una buena visión, se divide en cuatro principios: Acceso, equidad, participación y derechos humanos.

Acceso

Cuando se trata de una buena visión para todos, es fundamental centrarse en proporcionar puntos de acceso sostenibles y asequibles para todos. Si bien en muchos países del mundo es relativamente fácil hacerse un examen de la vista y obtener un par de anteojos, ese no es el caso en todas partes. Se necesita crear nuevos puntos de acceso. De acuerdo con el informe: Cómo eliminar la mala visión en una generación, “un millón de nuevos puntos de acceso pueden equipar al 90 por ciento de la población necesitada”. Una forma de garantizar el acceso es a través del desarrollo de recursos humanos y el espíritu empresarial innovador. En este contexto, los emprendedores locales del cuidado visual tienen el potencial de proporcionar servicios básicos de refracción y acceso a anteojos asequibles en aquellas poblaciones donde es posible.

Este modelo de negocio inclusivo, como el modelo Eye Mitra, puede apoyar los medios de vida y empoderar económicamente a las comunidades. Además, la integración de la tecnología puede garantizar que estos empresarios estén vinculados a otros profesionales del cuidado visual, como optometristas y oftalmólogos, para brindar atención de calidad.

Equidad

Si queremos crear un mundo más justo a través de una buena visión, debemos asegurarnos de satisfacer las necesidades de los más vulnerables y marginados. En muchas partes del mundo, las mujeres y las niñas entran en esta categoría. Según la IAPB, “existen más mujeres que hombres con pérdida de visión en todas las categorías de discapacidad visual y ceguera». De hecho, el 55% de las personas con pérdida de visión son mujeres y niñas. Entonces, ¿cómo nos aseguramos para que puedan ver bien?

Romper los estigmas puede ser clave para desbloquear este potencial. En todo el mundo, los estigmas todavía afectan la elección de una niña de corregir su visión con el uso de anteojos, ya que, en muchas culturas, se la considera defectuosa con una capacidad reducida para encontrar un compañero matrimonial. Se necesita una mayor concienciación, especialmente mensajes que alienten a hombres y niños a servir como defensores de las mujeres, para abordar esta limitante cultural. Asimismo, pensar más allá del aula también es esencial para el acceso equitativo de las niñas.

Las cifras actuales de UNICEF indican que, en todo el mundo, 129 millones de niñas siguen sin ir a la escuela. A menudo, la escuela es el único lugar para que las niñas reciban un examen de la vista, por lo que millones de niñas pueden estar perdiendo una intervención crítica.

Participación

Si queremos garantizar el acceso a la visión y la equidad, debemos crear las oportunidades para hablar en voz colectiva, fomentar la participación y elevar la atención ocular en la agenda internacional de desarrollo y reducción de la pobreza.

Recientemente, 63 países se unieron en una voz colectiva para solicitar la designación de un Enviado Especial de la Visión. Este enviado especial de la ONU posteriormente aprovecharía el impulso en torno a la salud ocular de los últimos tres años y serviría como defensor mundial para liderar la implementación de la resolución de la Asamblea General de la ONU de 2021 sobre una “Visión para todos”. Esta solicitud global se entregó en conjunto a otra con el apoyo de más de 150 CEOs y líderes del sector visual. Esta acción colectiva sirve como un ejemplo importante de lo que podemos lograr cuando los líderes comprometidos se alinean para crear vías para la participación.

Derechos humanos

Los derechos humanos y la justicia social son dos caras de la misma moneda. No pueden existir separados el uno del otro. Creemos que la buena visión es un derecho humano básico: ver bien mejora todo en la vida, desde la salud, la educación y las oportunidades laborales de un individuo hasta el desarrollo sostenible y el éxito de las comunidades y economías locales. Además, la prioridad y la provisión de una buena visión permiten a las sociedades lograr avances hacia muchos de los objetivos y metas de desarrollo sostenible de las naciones unidas y la agenda 2030.

Al reflexionar sobre el tema de este año para el Día Mundial de la Justicia Social, está claro que una de las muchas maneras en que colectivamente podemos superar las barreras y las desigualdades es garantizar que la buena visión sea accesible para todos los que la necesitan. Solo entonces podremos liberar el poder potencial de este sector para contribuir a un mundo más justo y equitativo permitiendo el logro de la amplia agenda los objetivos de desarrollo. 

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