Tres conversaciones con los padres para hacer crecer su práctica

Por: Feyi Aworunse, OD, FAAO

SEGUNDA PARTE

(Este artículo fue editado y traducido con autorización del grupo Jobson Publishing)

Seguridad infantil y juvenil e higiene visual

Cada año, miles de niños sufren daños oculares, o incluso ceguera, por accidentes en el hogar (juguetes, productos químicos, productos domésticos, etc.) y accidentes mientras practican deportes o actividades recreativas. La mayoría de las lesiones podrían evitarse con el uso de precauciones de seguridad adecuadas, como las gafas de protección.

Tema de conversación

“¿Su hijo o adolescente practica algún deporte?
¿Cuáles son sus actividades o aficiones favoritas?”

Discusión

Para el niño que practica deportes, ayuda en las tareas al aire libre, etc., resalte la importancia de usar gafas de protección para evitar lesiones y gafas de sol para protegerse de los rayos UV.

Instruir a los padres para que se aseguren de que los juguetes son apropiados para su edad; los juguetes u objetos con componentes proyectiles o punzantes deben utilizarse con extrema precaución y bajo la supervisión de un adulto.

Más que nunca, los dispositivos digitales están al alcance de los niños para su uso en la escuela y el juego. Los niños y los adolescentes pasan un tiempo considerable mirando los teléfonos inteligentes, las tabletas, los videojuegos y los ordenadores.

Hable de la importancia de la higiene visual, incluida la lectura con una buena postura, el uso de una buena iluminación y la realización de breves descansos frecuentes durante la lectura o cualquier otra actividad de visión cercana. Estas medidas se consideran útiles para prevenir o reducir la progresión de la miopía, especialmente en los niños.

¿Qué está en juego para los niños en relación con esta conversación?

Prevenir el deterioro irreversible de la visión en los niños debido a las lesiones

El riesgo de lesiones oculares sigue siendo frecuente en la edad adulta. Inculcar estos hábitos a una edad temprana aumenta la probabilidad de continuar con ellos durante toda la vida.

Comportamiento y rendimiento académico

La visión puede influir en el comportamiento y el rendimiento del niño. Las observaciones sobre el niño pueden darnos una idea de si tiene un problema visual. A menudo, los niños no se dan cuenta de sus dificultades hasta que llegan a la edad escolar y son incapaces de seguir el ritmo de sus compañeros.

Inicio de la conversación

¿Cómo le va a su hijo en la escuela? ¿Tiene problemas de comportamiento? Son extremadamente tímidos/reservados o tienden a portarse mal?»

Si el niño está presente con ellos, puede obtener información al respecto observando su comportamiento.

Pregunte a los padres si observan que se frotan excesivamente los ojos, giran la cabeza, tienen dificultades para concentrarse, se quejan de la lectura o tienen aversión a realizar ciertas tareas.

El padre responde: “Mi hijo va bien en la escuela”.

Como médico, informe a los padres sobre las formas de mejorar el rendimiento o apoyar el éxito continuado

Haga hincapié en la importancia de la higiene visual y en la necesidad de realizar exámenes exhaustivos.

Anime a los padres a que se aseguren de que el niño tiene la oportunidad de expresar cualquier dificultad que pueda tener, ya que los niños pueden enmascarar o adaptar algunos problemas subyacentes. El buen comportamiento y el rendimiento no califican como visión normal o ausencia de enfermedad ocular.

Los padres responden: “Mi hijo parece tener dificultades o mi hijo tiene problemas de comportamiento”.

Hable de la necesidad de una evaluación por parte de un profesional de la visión para determinar si hay problemas como un error de refracción no corregido o trastornos de la visión binocular.

Si se detecta un problema y se aborda, esto puede mejorar la confianza del niño, su rendimiento académico y su comportamiento.

¿Qué está en juego para los niños en relación con esta conversación?

Muchos trastornos de la visión pueden pasar desapercibidos o pueden ser diagnosticados erróneamente como un problema de aprendizaje o de comportamiento. Esto puede repercutir en el individuo más allá de la infancia, afectando potencialmente a sus interacciones sociales, así como a sus oportunidades educativas y laborales.

Practique las oportunidades de crecimiento: Acciones adicionales a tomar

Considere la posibilidad de implementar y publicitar servicios y programas clínicos como InfantSEE, control de la miopía, terapia visual, o crear una red de derivación para los mismos. Aunque no decida atender a pacientes pediátricos ni ofrecer servicios especializados, sigue siendo imprescindible educar a los padres en este importante tema de salud pública y ser una fuente de información de confianza.

InfantSEE es un programa de salud pública gestionado por Optometry Cares – The AOA Foundation. Su objetivo es asegurar que el cuidado de los ojos y la visión sea una parte integral del cuidado de los bebés para mejorar la calidad de vida del niño. A través de este programa, los optometristas miembros de la AOA ofrecen una evaluación ocular y visual completa y gratuita a los bebés de 6 a 12 meses de edad, independientemente de los ingresos de la familia o del acceso al seguro.

Amplíe la oferta óptica para incluir monturas oftálmicas y gafas de sol para niños.

Si el tiempo es limitado para hablar de estos temas en la consulta, considere la posibilidad de crear material informativo para tenerlo expuesto en su oficina, o presente este tema en las redes sociales o en el sitio web de su consulta.

Al hablar de forma proactiva con los padres sobre sus hijos, es más probable que traigan a sus hijos para que los examinen, basándose en la información que les proporcione. Los padres y tutores sirven como defensores del niño, especialmente en la salud y el bienestar. Es imperativo equipar a los padres y cuidadores con esta información, para que puedan estar facultados para actuar en el mejor interés de los niños.

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