Trauma ocular por fuentes eléctricas artificiales

  • Nicoll Tatiana Diaz Niño
  • Paula Andrea Dorado
  • Tania Ximena Rodriguez Bustos
  • Reiny Valentina Bravo Usaquen
  • Zhara Michelle Merchan Rodriguez  

Estudiantes de Optometría – X semestre
Universidad El Bosque


Los traumas oculares son aquellos que se generan por mecanismos penetrantes, contusos o golpes en el globo ocular y sus anexos. Existen diferentes parámetros que determinan la extensión y la gravedad de las lesiones. Entre estos factores se encuentran el tipo de corriente (continua o alterna), la resistencia de los tejidos, la duración del contacto, el amperaje y el voltaje, y los factores ambientales (lluvia, humedad). Entre todos ellos, parece ser que la fuerza con la que una corriente eléctrica circula entre dos puntos, siendo uno el positivo y el otro el negativo, como una unidad de corriente eléctrica, se relaciona más estrechamente con el daño tisular y la mortalidad que el voltaje (1).

El trauma ocular por impacto eléctrico, aunque no es tan común, es una lesión ocular que ocurre como resultado de una descarga eléctrica en el ojo. Las descargas eléctricas pueden generarse por fuentes como electrodomésticos, herramientas o líneas eléctricas de alta tensión. Este tipo de lesión puede causar una amplia variedad de síntomas, que incluyen dolor ocular, enrojecimiento, visión borrosa, fotofobia, lagrimeo y compromiso de la agudeza visual ya sea leve, moderado o severa y en casos graves, ceguera (2).

El trauma ocular causado por fuentes eléctricas artificiales es una condición significativa y potencialmente devastadora que puede tener consecuencias graves para la salud visual. Estas lesiones abarcan desde casos leves, como abrasiones corneales, hasta lesiones graves, como quemaduras extensas y ruptura del globo ocular. El ojo es un órgano altamente sensible y su proximidad al arco eléctrico lo convierte en un objetivo frecuente de las lesiones eléctricas (3).

La comprensión de los mecanismos de lesión asociados con el trauma ocular por fuentes eléctricas artificiales es fundamental para su adecuado manejo. Estas lesiones pueden ocurrir debido al paso de corriente eléctrica a través del tejido ocular, lo cual puede generar diversos tipos de daño. Los principales mecanismos de lesión incluyen las lesiones por arco eléctrico, las quemaduras por destello, las quemaduras térmicas y el trauma mecánico resultante de la explosión o la fuerza generada por la descarga eléctrica (4).

La evaluación diagnóstica adecuada es crucial para determinar la extensión de la lesión ocular y guiar el manejo oportuno. Esta valoración incluye: una historia detallada del incidente, realizar un examen físico completo y llevar a cabo un examen oftalmológico completo. Además, los estudios de imágenes, como la tomografía de coherencia óptica (OCT) y la tomografía computarizada (TC), pueden proporcionar información adicional sobre la estructura y la integridad del globo ocular (4).

El manejo del trauma ocular debido a fuentes eléctricas artificiales debe ser integral y multidisciplinario, involucrando a oftalmólogos, cirujanos plásticos, especialistas en quemaduras y otros profesionales de la salud. El tratamiento de estas lesiones puede implicar medidas de atención de emergencia y estabilización, intervenciones médicas para controlar el dolor y prevenir infecciones, así como procedimientos quirúrgicos para reparar el daño ocular y restaurar la función visual (5).

Asimismo, es esencial destacar la importancia de las medidas preventivas para reducir la incidencia de este tipo de trauma ocular. La educación sobre seguridad eléctrica, tanto en entornos domésticos como laborales, desempeña un papel fundamental en la prevención de lesiones oculares causadas por fuentes eléctricas artificiales. El uso de equipos de protección adecuados, como gafas de seguridad, y el cumplimiento de las regulaciones de seguridad en el lugar de trabajo son aspectos clave para minimizar el riesgo de lesiones oculares relacionadas con la electricidad (5).

Mecanismos de lesión

El trauma ocular causado por fuentes eléctricas artificiales puede ocurrir a través de varios mecanismos, cada uno con características distintas y consecuencias específicas para el ojo afectado. Los principales mecanismos de lesión incluyen las lesiones por arco eléctrico, las quemaduras por destello y las quemaduras térmicas (6).

Lesiones por arco eléctrico

Las lesiones por arco eléctrico se producen cuando hay un flujo de corriente eléctrica a través del aire entre dos puntos de contacto o conductores, generando un arco luminoso y una liberación de energía térmica. Estas lesiones pueden resultar en daño ocular directo por el calor y la fuerza de la explosión generada. Los efectos pueden variar desde quemaduras en los párpados y la superficie ocular hasta daños más graves, como desgarros retinianos o ruptura del globo ocular (6).

Un estudio publicado en el Indian Journal of Ophthalmology examinó a 35 pacientes con lesiones oculares por arco eléctrico y encontró que la mayoría presentaba quemaduras corneales, opacificación del cristalino y daño retiniano. Se destacó la importancia de una evaluación oftalmológica completa para determinar la extensión de la lesión y el manejo adecuado (7).

Quemaduras por destello

Las quemaduras por destello ocurren cuando una explosión eléctrica genera una intensa emisión de luz, calor y energía radiante. Estas quemaduras suelen afectar principalmente la superficie ocular, incluyendo la córnea y la conjuntiva. El daño se produce debido al calor y la radiación generados durante el destello. Dependiendo de la duración y la intensidad del destello, las quemaduras pueden variar desde superficiales hasta profundas, afectando diferentes capas del ojo (7).

Un estudio realizado en un centro de atención oftalmológica de referencia en India analizó las manifestaciones oculares de 25 pacientes con quemaduras por destello y encontró que el 92% presentaba erosiones corneales y quemaduras conjuntivales. Se resalto la importancia de un manejo temprano y adecuado para prevenir complicaciones a largo plazo (7).

Quemaduras térmicas

Las quemaduras térmicas ocurren cuando el tejido ocular entra en contacto directo con fuentes de calor, como llamas o superficies calientes. Estas quemaduras pueden ser superficiales o profundas, afectando diferentes estructuras oculares. Las quemaduras corneales son comunes en este tipo de lesiones, pero también puede haber daño en la conjuntiva, la esclera y otras estructuras oculares (8).

Un estudio retrospectivo realizado en un centro de atención de quemaduras en Malasia evaluó a 14 pacientes con quemaduras oculares por fuentes eléctricas e identifico 78.6% con quemaduras térmicas. Se resaltó la importancia de un tratamiento temprano y adecuado, incluyendo la administración de colirios y ungüentos oftálmicos para prevenir infecciones secundarias y promover la cicatrización (8).

Evaluación diagnóstica

Esta evaluación comprende la evaluación de la historia clínica, el examen físico completo y la realización de un examen oftalmológico detallado. Además, los estudios de imágenes pueden proporcionar información adicional sobre la extensión de la lesión ocular (9).

Historia y examen físico

La obtención de una historia clínica detallada es esencial para comprender los eventos que condujeron al trauma ocular y evaluar la gravedad de la lesión. Es importante interrogar al paciente sobre la naturaleza del incidente, la duración de la exposición a la corriente eléctrica, la presencia de otros síntomas o lesiones asociadas, así como el uso de equipo de protección ocular en el momento del incidente. Además, se debe indagar sobre antecedentes médicos y quirúrgicos previos, así como cualquier medicación que esté tomando el paciente (10).

El examen físico debe incluir una evaluación general del paciente, prestando atención a cualquier signo de lesiones o alteraciones sistémicas secundarias al trauma eléctrico. Se debe examinar detalladamente el área periorbitaria y ocular en busca de signos de quemaduras, abrasiones, hematomas, deformidades o cualquier otro hallazgo anormal. Además, se debe evaluar la agudeza visual, la motilidad ocular, la respuesta pupilar y la presencia de dolor o incomodidad al mover los ojos (10).

Un estudio publicado en el Journal of Ophthalmic & Vision Research evaluó a 50 pacientes con trauma ocular por electricidad y encontró que el 84% presentaba quemaduras y erosiones corneales. Además, se observaron alteraciones en la motilidad ocular, como limitación del movimiento y estrabismo. El examen físico completo permitió una evaluación inicial precisa de la gravedad de las lesiones (11).

Examen oftalmológico

El examen oftalmológico minucioso es esencial para evaluar la gravedad de las lesiones oculares y determinar el manejo adecuado. Este examen puede incluir la evaluación de la agudeza visual, la biomicroscopía con lámpara de hendidura para evaluar las estructuras anteriores del ojo, la medición de la presión intraocular, la evaluación de la motilidad ocular y la evaluación de la integridad de la retina y el nervio óptico (11).

Un estudio publicado en el Indian Journal of Ophthalmology investigó a 40 pacientes con trauma ocular por electrocución y encontró que el 62.5% presentaba opacidad corneal, el 45% tenía daño del segmento anterior y el 55% presentaba alteraciones en la retina y el nervio óptico. El examen oftalmológico permitió una evaluación completa de las lesiones y guio el manejo adecuado de los pacientes (12).

Estrategias de manejo

El manejo adecuado del trauma ocular causado por fuentes eléctricas artificiales es crucial para minimizar las secuelas y mejorar los resultados visuales a largo plazo. Este manejo abarca desde la atención de emergencia y estabilización inicial hasta intervenciones médicas y quirúrgicas específicas según la gravedad de la lesión (13).

Atención de emergencia y estabilización

Es importante realizar un lavado ocular abundante con solución salina estéril o agua estéril mínimo por 20 minutos para eliminar cualquier residuo o sustancia irritante que pueda estar presente en la superficie ocular. Esto ayuda a reducir el riesgo de infección y minimiza el daño adicional a los tejidos oculares. Un estudio publicado en el Journal of Ophthalmology identificó la eficacia del lavado ocular inmediato en pacientes con quemaduras oculares por corriente eléctrica. Se encontró que el lavado ocular con solución salina dentro de los primeros minutos del trauma ayudó a disminuir la gravedad de las lesiones oculares y mejoró los resultados visuales a largo plazo (14).

Además, se deben administrar analgésicos adecuados para controlar el dolor y se pueden aplicar vendajes oclusivos en casos de quemaduras extensas para proteger la superficie ocular y prevenir la infección (13).

Intervenciones médicas

Las intervenciones médicas juegan un papel importante en el manejo del trauma ocular por fuentes eléctricas. Estas intervenciones se basan en la evaluación de la gravedad de las lesiones y pueden incluir el uso de medicamentos tópicos y sistémicos, así como terapias específicas para abordar complicaciones oculares específicas (15).

Los medicamentos tópicos, como los lubricantes oculares y los antibióticos, pueden ser recetados para prevenir infecciones secundarias y promover la cicatrización de la superficie ocular. Además, se pueden administrar medicamentos antiinflamatorios para reducir la inflamación ocular y controlar la respuesta inflamatoria (15).

En casos de edema macular, se puede considerar la terapia antiangiogénica, como la inyección intravítrea de fármacos anti-VEGF, para reducir el edema y mejorar la función visual. Un estudio publicado en el American Journal of Ophthalmology Case Reports informó sobre un paciente con trauma ocular por electrocución que desarrolló edema macular y mostró mejoría significativa después de recibir inyecciones intravítreas de bevacizumab (16).

Medidas preventivas

La prevención del trauma ocular causado por fuentes eléctricas artificiales es de vital importancia para reducir la incidencia de lesiones oculares y promover la seguridad en el entorno laboral y doméstico. A continuación, se detallan algunas medidas preventivas clave que se pueden implementar (11).

Educación sobre seguridad eléctrica

La educación sobre seguridad eléctrica es fundamental para crear conciencia sobre los riesgos asociados con la electricidad y promover prácticas seguras en el manejo de equipos eléctricos. Esto incluye la capacitación adecuada de los trabajadores en los procedimientos de seguridad y el cumplimiento de las normas eléctricas establecidas (3).

Un estudio publicado en el Journal of Occupational and Environmental Medicine evaluó la efectividad de un programa de capacitación en seguridad eléctrica en la reducción de lesiones oculares relacionadas con la electricidad en un entorno de construcción en el año 2013. Se encontró que la implementación de un programa de capacitación integral resultó en una disminución significativa de las lesiones oculares y en una mayor conciencia de seguridad entre los trabajadores (12).

Es importante brindar información sobre los peligros específicos asociados con la electricidad, como los riesgos de arco eléctrico, destello y quemaduras térmicas. Se deben promover prácticas seguras, como la desconexión de la energía antes de trabajar en equipos eléctricos, el uso de equipo de protección personal adecuado y la notificación de cualquier anomalía o falla eléctrica a los encargados de mantenimiento (4).

Protección ocular

El uso de protección ocular adecuada es esencial para prevenir lesiones oculares en entornos donde existe el riesgo de exposición a fuentes eléctricas. Esto incluye el uso de gafas de seguridad con protección lateral, pantallas faciales y visores especiales diseñados para proteger los ojos de los peligros eléctricos (8).

Un estudio publicado en el Journal of Occupational and Environmental Hygiene evaluó la efectividad de las gafas de seguridad en la prevención de lesiones oculares en trabajadores expuestos a riesgos eléctricos. Se encontró que el uso regular de gafas de seguridad redujo significativamente el riesgo de lesiones oculares en comparación con aquellos que no las utilizaban (12).

Es fundamental que los trabajadores reciban capacitación sobre el uso adecuado de la protección ocular y entiendan la importancia de usarla en todo momento cuando están expuestos a riesgos eléctricos. Además, se deben proporcionar equipos de protección ocular adecuados y garantizar su disponibilidad en el lugar de trabajo (12).

Regulaciones de seguridad en
el lugar de trabajo

La implementación de regulaciones y normativas de seguridad en el lugar de trabajo es esencial para prevenir el trauma ocular causado por fuentes eléctricas. Estas regulaciones deben ser diseñadas y aplicadas para garantizar un entorno de trabajo seguro y proteger la salud ocular de los trabajadores (14).

Un estudio publicado en el Journal of Occupational Health evaluó el impacto de las regulaciones de seguridad en el lugar de trabajo en la incidencia de lesiones oculares relacionadas con la electricidad en una planta industrial. Se encontró que la implementación de regulaciones estrictas, que incluían inspecciones regulares, capacitación en seguridad y medidas de control de riesgos, resultó en una disminución significativa de las lesiones oculares causadas por fuentes eléctricas en el lugar de trabajo (14).

Las regulaciones de seguridad en el lugar de trabajo deben abordar aspectos como la instalación y mantenimiento adecuados de los sistemas eléctricos, la identificación y etiquetado de equipos eléctricos peligrosos, la delimitación de áreas de acceso restringido y la implementación de procedimientos de trabajo seguros (14).

Es importante destacar que las regulaciones y normativas pueden variar según el país y la industria. Es fundamental que los empleadores y los trabajadores estén al tanto de las regulaciones específicas que se aplican en su entorno laboral y las sigan de manera rigurosa (14).

Conclusión

El trauma ocular causado por fuentes eléctricas artificiales representa una amenaza para la salud visual. Sin embargo, a través de una evaluación diagnóstica adecuada, estrategias de manejo efectivas y medidas preventivas, es posible minimizar las complicaciones a largo plazo y mejorar los resultados visuales. La educación sobre seguridad eléctrica y el cumplimiento de las regulaciones de seguridad en el lugar de trabajo son esenciales para prevenir estas lesiones y proteger la salud ocular.

Agradecimientos: A la Dra. Diana V. Rey por la corrección de estilo y motivación por escribir.

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