Optimización de servicios a través de la Teleoptometría y la Teleóptica
La prestación de servicios a través de medios tecnológicos ha emergido como una herramienta poderosa para ópticos y optometristas que desean mejorar la experiencia del cliente, ampliando la accesibilidad de sus servicios y optimizando la eficiencia en las consultas.
En una época en la que las necesidades visuales cambian rápidamente debido al aumento de las horas frente a pantallas y la creciente demanda de servicios de salud a distancia, la teleoptometría y la teleóptica permite acercar a los pacientes a cuidados de salud visual de calidad sin importar las barreras de tiempo y desplazamiento.
Es fundamental iniciar haciendo una diferenciación entre la teleorientación y la teleconsulta, dado que son dos modalidades que permiten la prestación de servicios de salud a distancia. La teleorientación se enfoca en proporcionar información, consejería y asesoría en componentes de promoción, prevención, diagnóstico y/o rehabilitación, sin necesariamente concluir en una prescripción. Por otro lado, la teleconsulta es una actividad no presencial que permite la interacción directa entre el paciente y el profesional de la salud para realizar una evaluación, diagnóstico y tratamiento. Ambas prácticas utilizan tecnologías de la información y comunicación (TIC) como plataformas web, computadoras, o teléfonos, pero se diferencian en su propósito y en el nivel de interacción con el paciente. Mientras la teleorientación es más educativa y preventiva, la teleconsulta tiene un enfoque más clínico y terapéutico.
La utilización de medios tecnológicos permite ofrecer orientación optométrica y asesoría en óptica de forma remota. A través de estas tecnologías, los pacientes pueden tener evaluaciones preliminares, recibir consejos sobre el cuidado de la visión, resolver dudas, o seleccionar monturas sin visitar físicamente la óptica o el consultorio. Entre los beneficios clave de los servicios remotos se destaca la ampliación del alcance de las ópticas, ya que permite ofrecer una opción conveniente para aquellos pacientes con agendas ocupadas, limitaciones de movilidad o que se encuentran en áreas remotas o rurales.
Al realizar evaluaciones preliminares de manera remota, los optometristas pueden optimizar el tiempo de visita en tienda, priorizando los casos urgentes para consulta presencial y resolviendo otros a distancia. De esta forma, se mejora la eficiencia y se reduce el tiempo de espera en la óptica, lo cual contribuye a una experiencia de cliente más satisfactoria.
La teleoptometría también permite un servicio personalizado y continuo que fideliza a los pacientes al ofrecerles soporte y seguimiento remoto. Esta modalidad, además de ser valorada por los usuarios, permite al óptico o optometrista promover productos y servicios complementarios, como lentes de protección, tratamientos específicos o accesorios, creando una experiencia más completa.
Para implementar la teleoptometría en una óptica, es esencial contar con el equipamiento básico adecuado. Las videoconferencias son un recurso valioso, y para realizar consultas remotas de calidad es ideal emplear plataformas seguras como Zoom o Microsoft Teams. También es recomendable asegurar que tanto el profesional como el paciente cuenten con dispositivos de buena resolución para una evaluación visual efectiva. Además, integrar un sistema de historia clínica electrónica facilita el acceso al historial visual del paciente, ofreciendo información completa y accesible en cada consulta y permitiendo un seguimiento eficiente de la evolución de cada caso.
La capacitación del personal en el uso de estas herramientas es fundamental para asegurar una experiencia de calidad. Al mismo tiempo, los optometristas deben estar familiarizados con los alcances y limitaciones de la teleoptometría para derivar a los pacientes a consulta presencial cuando el diagnóstico o tratamiento lo requiera. Por otro lado, resulta útil establecer protocolos para las consultas virtuales que incluyan la estructura de la evaluación, la valoración inicial de síntomas y la explicación de los casos en los que es necesario acudir en persona. Además, es conveniente diseñar un proceso para la entrega de recetas electrónicas y recomendaciones de productos, facilitando que los pacientes accedan a ellos de forma ágil.
Algunos ejemplos prácticos de la aplicación de la teleoptometría en una óptica incluyen la evaluación preliminar de síntomas, el asesoramiento en lentes de protección y cuidados de los lentes de contacto. Los pacientes que experimentan molestias oculares, sequedad o problemas de visión pueden realizar una consulta inicial a través de teleoptometría, permitiendo al optometrista identificar si los síntomas requieren una consulta presencial urgente o si pueden resolverse con recomendaciones y seguimiento a distancia. Además, esta modalidad es útil para ofrecer recomendaciones personalizadas sobre lentes de protección contra la luz azul o para asesorar sobre el uso adecuado de lentes de contacto, lo que reduce la necesidad de visitas múltiples.
Otra aplicación importante de la teleoptometría es el seguimiento de pacientes que reciben tratamientos continuos, como aquellos con glaucoma o degeneración macular. Para estos pacientes, el seguimiento remoto permite realizar ajustes en el tratamiento de forma oportuna y mantener un control continuo de su condición sin que necesiten desplazarse constantemente.
La prueba virtual de anteojos como herramienta para mejorar la experiencia del cliente permite que el paciente pruebe diferentes modelos desde la comodidad de su hogar u oficina, al igual que cuentan con funcionalidades que permiten seleccionar y ajustar los anteojos al rostro del usuario ofreciendo una experiencia más personalizada y realista, al igual que divertida e interactiva. Para la tienda y para el cliente esto permite explorar una gama más amplia de productos que tal vez no estén disponibles en la tienda física, aumentando las opciones y la satisfacción del cliente, y para la óptica no tener que mantener un inventario físico tan amplio.
A pesar de los múltiples beneficios, la teleoptometría y la teleóptica también presentan desafíos. Algunas evaluaciones, como la medición de presión ocular o el examen de fondo de ojo, requieren equipos especializados que solo están disponibles en el consultorio, lo cual limita las evaluaciones remotas en ciertos casos. Los profesionales deben ser transparentes con los pacientes sobre estas limitaciones y recomendar consultas presenciales cuando sea necesario. Además, no todos los pacientes están familiarizados con la tecnología, por lo que es importante ofrecer apoyo adecuado para guiarlos en el uso de plataformas virtuales. La privacidad y seguridad de los datos son también factores críticos; es indispensable utilizar plataformas seguras y capacitar al personal en la protección de la información médica del paciente, cumpliendo con las regulaciones de privacidad y confidencialidad de la información.
En conclusión, la teleoptometría y la teleóptica representa una oportunidad para mejorar los servicios de la óptica y optimizar la atención al cliente, adaptándose a las demandas de conveniencia y accesibilidad de los pacientes actuales. Implementar esta herramienta permite a los ópticos y optometristas ampliar el alcance de sus servicios de salud visual y fortalecer la relación de confianza con sus pacientes al ofrecerles una atención ágil y personalizada. Explorar la teleoptometría permite a los profesionales de la salud visual evolucionar en sus prácticas y mantenerse a la vanguardia en el cuidado de la visión en un mundo cada vez más digital.
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