No todas las anomalías de acomodación requieren tratamiento ocular
Como lo señala un estudio reciente, algunas personas con problemas de visión binocular pueden experimentar síntomas somáticos no visuales, como dolor de estómago, palpitaciones y cefaleas. Los síntomas oculares, como las anomalías de acomodación, no son diferentes en estos casos, y pueden aparecer y ser causados o exacerbados por la ansiedad. Por ello, el tratamiento en estas circunstancias es más difícil, sobre todo porque la literatura rara vez cita una resolución que vaya más allá del mero tratamiento ocular.
Los investigadores de este estudio adoptan un enfoque diferente, mostrando las características y los resultados de 23 pacientes con espasmos y debilidad acomodativa, y proponiendo a continuación un enfoque psicológico adecuado para el tratamiento. Descubrieron que el 57% de los incluidos habían sido diagnosticados previamente de ansiedad o dislexia y que el 87% de todos los sujetos eran mujeres. El estudio destacó la inconsistencia de las respuestas observadas en todos los pacientes, aunque todos mostraron una respuesta normal en algún momento de sus visitas. Sus respuestas se relacionaban mal con los estímulos visuales presentados y las respuestas objetivas diferían de las subjetivas. Se observó en gran medida una disociación entre convergencia y acomodación. Tras discutir la relación que tiene la ansiedad con las anomalías de acomodación, las respuestas mejoraron significativamente en una sesión. También se observó que ninguno presentaba realmente parálisis acomodativa.
Los investigadores señalan que, en lugar de centrarse únicamente en la terapia ocular, que puede “desviar la atención de la causa real y empeorar las cosas involuntariamente”, centrar la atención en un enfoque más holístico les permitió incorporar métodos que resolvían el problema sin más intervención. Esto incluía enfoques oftalmológicos sencillos, como ejercicios de bajo perfil y gafas de lectura, en caso necesario, tranquilizar al paciente y aumentar su comprensión, animarle a dejar de comprobar o hacer otras cosas que pudieran estar empeorando su problema y recomendarle ayuda en caso necesario.
Para ofrecer una explicación a la capacidad de disociar convergencia y acomodación, los autores del estudio creen que la variable es normal, y que la disociación observada en estos pacientes es probablemente una exageración de la variación típica. Continúan diciendo que tal vez se trate de un comportamiento aprendido o que podría reflejar vínculos débiles primarios entre acomodación y convergencia.
Aunque este no será el caso de todos los pacientes que presentan anomalías de la acomodación, este novedoso estudio aporta una nueva perspectiva que los profesionales de la visión deben tener en cuenta. Como afirman los autores del estudio, “si se proporciona a los pacientes (y a sus padres) información sobre los mecanismos oculares y psicológicos subyacentes que producen sus síntomas, es posible romper los círculos viciosos, indicar el apoyo adecuado y permitir que la acomodación vuelva a ser un mecanismo subconsciente”.