Los pacientes desconfían de los productos para baja visión
Una encuesta reciente ha revelado que más de la mitad de los pacientes con baja visión no están dispuestos a utilizar dispositivos de ayuda, aunque mejoren su rendimiento visual. Investigadores de la India entrevistaron a 413 pacientes con baja visión de su hospital oftalmológico de tercer nivel para descubrir las razones por las que 235 de ellos rehúyen la tecnología de apoyo.
Descubrieron que el principal factor para los pacientes mayores de 40 años era el estigma social (citado por el 41,3% de los pacientes). Los que tenían entre 41 y 60 años eran los más propensos a evitar estas herramientas por miedo a perder el trabajo (26,6% de los pacientes). De todos los pacientes menores de 60 años, el 25% pensaba que no las necesitaba, a pesar de que el investigador descubrió que el 53% de los que pensaban que no eran candidatos en realidad tenían una discapacidad visual grave.
A los mayores de 60 años parece costarles más aceptar el deterioro de su visión, ya que el 16,5% negaba la magnitud de su afección, según los investigadores. Sin embargo, esta estadística dependía en cierta medida de la etiología subyacente, ya que sólo el 39,6% de los pacientes con trastornos maculares se negaban a aceptar la enfermedad, en comparación con el 81% de los pacientes con retinosis pigmentaria.
Además, los investigadores señalan que las lupas, de mano o con soporte, se aceptaron más fácilmente que otros dispositivos, con una tasa de no aceptación del 41%. Los pacientes casi nunca aceptaron el uso de telescopios y dispositivos electrónicos, con tasas de no aceptación del 92% y el 89%, respectivamente.
Aunque nuevas investigaciones ayudarán a revelar los fundamentos psicológicos y psicosociales de estas decisiones, “el conocimiento de estas barreras puede ayudar a crear contenidos para campañas de concientización entre pacientes, profesionales sanitarios y la sociedad en general”, concluyen los investigadores.