CAROL VIOLET PINZÓN MORA
Directora

Sin lugar a dudas los optómetras son profesionales inquietos por el conocimiento, sin embargo les cuesta un poco iniciar procesos de capacitación permanente.

En una encuesta realizada en el 2023 a más de 435 optómetras latinoamericanos, el 100% manifestó su interés por mantenerse actualizados, procuran asistir al menos 1 vez al año a un congreso, curso o webinar para aumentar sus saberes y lo ven como una oportunidad de actualizarse en temas específicos de su preferencia, sin embargo el tiempo que otorgan en las empresas y/o sus múltiples deberes, les limita la posibilidad de hacer formaciones más profundas.

En el campo de la optometría, los avances a nivel tecnológico y científico son constantes, surgen nuevas técnicas de diagnóstico y tratamientos en salud ocular que generan la necesidad permanente de un nuevo aprendizaje.

Entendiendo que la “educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo” Nelson Mandela y, “que el aprendizaje es experiencia” Alberth Einstein se hace necesario reflexionar sobre cuál es nuestro nivel de formación y cuáles las necesidades de la población.

Sólo hablando de la miopía, un defecto refractivo que cada día ocupa más espacio dentro de la población, se evidencia los avances que han surgido entorno a este defecto visual, desde la contactología, la óptica oftálmica, la rehabilitación y terapia visual. Además, que eventualmente en otros temas de la salud visual, surgen nuevos métodos de valoración, enfoques y aplicaciones distintas de los tratamientos visuales.

“Si los profesionales se quedan en los conocimientos que bien adquirieron en su proceso de formación de pregrado, se irán quedando atrás, ya que la ciencia avanza y debemos estar listos para aprovechar todo lo que trae consigo tanto para nuestro crecimiento profesional, como en la mejor prestación del servicio posible para nuestro paciente” Carol Pinzón.

El proceso educativo acompaña al ser humano a lo largo de su ciclo vital y es parte fundamental de su desarrollo en la vida, este ocurre de manera permanente, continua, dinámica y en diferentes tiempos, contextos y espacios. Generalmente, el proceso educativo en se ha basado en el conductismo, con un aprendizaje por repetición y de esencia magistral; sin embargo, la tendencia actual busca una experiencia más constructivista, donde las personas sean críticas y analíticas en el ejercicio profesional. Esto requiere de la aplicación de un proceso educativo diferente, que permita incorporar el aprendizaje previo, la experiencia y las características personales del profesional. (Monserrat Puntunet Bates, 2008).

Entendiendo nuestras necesidades como responsables del cuidado de la salud visual, debemos tomarnos el tiempo para tomar espacios de formación que contribuyan al crecimiento profesional desde una educación permanente y continuada, que se ajuste a los intereses clínicos, y que también aporte a la sociedad, ya que los optómetras bien informados sobre las mejores prácticas y la aplicación de su conocimiento en su trabajo diario, garantiza que sus pacientes obtengan el mejor manejo que se le puede brindar a su condición, dejando atrás el lastre que nos acompaña entre la sociedad, que sólo nos dedicamos a “poner” y “vender” gafas.

Este compromiso reflejaría un profundo respeto por la profesión y un deseo genuino de servir a la comunidad con el más alto nivel de competencia y cuidado, por lo tanto el tiempo y las ocupaciones no deberían interponerse en ese compromiso por el cual todos estudiamos esta bella profesión, el garantizar la salud visual de la población, por esto, la invitación es que continuemos avanzando, formándonos, capacitándonos, adquiriendo nuevas habilidades.

En resumen , la excelencia en la optometría no se logra por accidente; es el resultado de un compromiso constante con el aprendizaje y el desarrollo profesional. Los optómetras que se dedican a actualizar sus conocimientos y habilidades no solo mejoran su propia práctica, sino que también elevan el estándar de cuidado en toda la profesión.

Y es que todos los profesionales de la salud visual debemos estar  comprometidos con elevar los estándares de la optometría a través de la educación y el desarrollo profesional continuo.