Las interrupciones escolares no deben afectar el cuidado de la vista de los niños

Gran parte del mundo ya ha enviado o se prepara para enviar a los niños de regreso a las aulas o tal vez continúa debatiéndose sobre los méritos del aprendizaje a distancia luego de un cierre global debido a la pandemia del coronavirus. Las decisiones que debemos tomar frente a una pandemia no son ni blancas ni negras; los compromisos en algún punto intermedio pueden resultar nuestras mejores soluciones, dependiendo del lugar donde vivamos y de nuestras circunstancias.

Las escuelas son parte integral de la vida de nuestros niños, incluso más allá de la educación. En muchos lugares, la escuela es donde reciben una comida nutritiva (a veces la única ese día), se mantienen a salvo de la violencia que pueda existir en sus hogares y reciben atención clínica y de salud mental que de otro modo no podrían pagar o no podrían tener acceso fuera del sistema.

La escuela también es donde muchos niños reciben cuidado de la vista. De hecho, el aula es a menudo uno de los primeros lugares donde se puede identificar el problema de la vista de un niño.

En el Vision Impact Institute (VII), nos enfocamos en las formas en que la visión de un niño y el acceso a las intervenciones necesarias afectan positivamente el desempeño académico y social en las escuelas y en su futuro lugar de trabajo. Claramente, no podemos permitir que el cuidado de la vista se convierta en una ocurrencia tardía. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que nuestros hijos puedan ver bien para aprender y vivir bien.

En una entrevista reciente con Alyalla Nandakumar, miembro de la Junta Asesora del VII, este afirmó: “Las pandemias matan de tres maneras: a través del virus mismo, a través de interrupciones en el sistema de salud y a través del estrés y la crisis económica”.

¿Qué sucede, entonces a nivel mundial, con los niños cuando los exámenes de la vista y el acceso a soluciones como anteojos se recortan porque las escuelas y los sistemas de salud que los proporcionan están cerrados? ¿Qué podemos hacer para defenderlos en su nombre?

Debemos fomentar múltiples niveles de defensa de la visión de los niños en esta etapa, y cada uno debe alinearse para generar soluciones sostenibles.

Atención de los Padres

Los mayores defensores de los niños son a menudo sus padres. Sin embargo, en el contexto global actual, los padres a menudo se sien- ten abrumados con múltiples y nuevos enfoques para la educación y el futuro de sus hijos. Primero debemos reconocer que los padres están asumiendo cargas adicionales en este momento, al mismo tiempo que los alentamos a estar atentos a las necesidades visuales de sus hijos. El aula de hoy puede ser una pantalla digital (o varias) en casa en lugar de una pizarra en la escuela. Las necesidades visuales de nuestros niños cambiarán con su entorno. Compartir consejos sencillos con los padres sobre cómo reconocer los problemas de la vista será de gran ayuda para educarlos y animarlos a ser observadores.

Intervención Escolar

Para aquellos niños que regresarán a sus aulas, los maestros a menudo son detectores de primera línea de problemas de visión, escalando la atención al siguiente nivel a través de referencias a la enfermera de la escuela o incluso a un especialista de la salud visual. Cuando un niño participa en el aprendizaje a distancia, a menudo se necesita un esfuerzo de equipo entre el niño, los padres y el maestro para reconocer cualquier deficiencia o dificultad de visión que el niño pueda estar experimentando. Dado que la mayoría o la totalidad de los 1,500 millones de jóvenes regresarán a la escuela, debemos estar muy atentos para abordar cualquier cambio en la visión que pueda haber ocurrido como resultado de un diferente entorno.

Adopción de la Comunidad y el Sector Privado

En todo el mundo, la adopción de esta importante causa por parte de la comunidad y el sector privado ayudará a aliviar la carga de las escuelas y las familias cuyos hijos pueden no asistir a las aulas tradicionales. Por ejemplo, el programa Eye Rafiki en Kenia, a través del apoyo de las subvenciones Vision for Life de Essilor, se asoció recientemente con programas escolares de salud ocular existentes para llegar a los niños mientras las escuelas estaban cerradas. Programas como este ayudan a asegurar que los estudiantes continúen recibiendo buena visión en la es- cuela y, mejor aún, en casa.

Preparación del Gobierno

Durante los últimos meses, la pandemia ha revelado la fragilidad de los sistemas de atención de salud mundiales. Y aunque gran parte de nuestra respuesta mundial a la visión de los niños se basa en los programas de salud escolar existentes, debemos abordar los desafíos de la atención médica a nivel del gobierno nacional, incluida la atención visual.

Recientemente, se lanzó el Fondo Vision Catalyst (VCF) para apoyar la creación y el desarrollo de servicios de salud visual estatales a escala nacional, financiados de manera sostenible para poblaciones enteras. Los socios fundadores de la del Fondo incluyen Standard Chartered, UBS, Essilor, James Chen y la Agencia Internacional para la Prevención

de la Ceguera (IAPB). El objetivo del VCF es trabajar con los gobiernos para fortalecer los sistemas de salud y crear mercados para brindar un mayor acceso a una atención visual de calidad.

A medida que continuamos abogando por la visión de los niños, jun- tos podemos movilizar con éxito un movimiento para el cuidado de la vista incluso durante estos tiempos inciertos actuales. Al asegurarnos de que nuestros hijos vean bien, podemos establecer la certeza que tanto necesitan e invertir en su futuro, sabiendo que están equipados para convertirse en los solucionadores de problemas de los desafíos del mañana.


VISION IMPACT INSTITUTE
DÁNDOLE VOZ A LA VISIÓN
En el Vision Impact Institute le estamos otorgando voz a la visión. Nuestra misión es crear conciencia sobre la importancia de la corrección y protección de la visión y en lograr que la buena visión sea una prioridad en todo el mundo.

 

 

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