El acceso de mujeres y niñas a la atención ocular afecta la educación y sus medios de subsistencia

El 8 de marzo de cada año, el mundo celebra el Día de la Mujer, un día para conmemorar los logros y reforzar el compromiso compartido de preservar la igualdad de las mujeres.

Este año el Día Internacional de la Mujer marcó tres años desde el inicio de la pandemia que cambió todas nuestras vidas. A nivel mundial, las mujeres y niñas se han llevado la peor parte del impacto de la pandemia de múltiples maneras, pero quizás una de las más documentadas es la educación.

Estudios de UNICEF1 sugieren que durante las últimas décadas se han realizado mejoras significativas en esta área, mejorando de 1:2 niñas inscritas en la escuela en 1985 a 2:3 más recientemente. Sin embargo, con el inicio de la pandemia, la educación de las niñas se ha visto afectada negativamente en muchas partes del mundo, debido al cierre de las escuelas. Según el Fondo Malala2 de la UNESCO, casi el 90% de los países del mundo cerraron sus escuelas para frenar la transmisión de COVID-19 y es posible que 20 millones de niñas no regresen a la escuela una vez que la pandemia disminuya.

Los que abogamos por los programas escolares de salud visual hemos experimentado desafíos relacionados con la visión de las niñas desde el principio, y la situación mundial actual no mejora nuestras posibilidades.

Las investigaciones sugieren que el 55% de las personas con pérdida de la visión en todo el mundo son mujeres y niñas3, y en muchos lugares existen estigmas4 que les impiden obtener la atención y los servicios de salud ocular que necesitan

Si las niñas no están en la escuela, ¿cómo nos aseguramos de que puedan ver bien para asegurar su éxito en el futuro? Gran parte de nuestro trabajo en el pasado se ha centrado en establecer la conexión entre la buena visión y el aprendizaje en el aula, entonces ¿cómo abogamos por estos futuros líderes cuando el aula ya no sea accesible?

A continuación, algunas formas que valdría la pena considerar:

Pensar más allá del salón de clases

Según los expertos, el 80% de todo el aprendizaje se produce visualmente, lo que significa que los niños con problemas de visión se encuentran en una gran desventaja si no pueden ver bien en el aula. Por esta razón, las escuelas y otros entornos educativos suelen ser el primer lugar donde se reconocen los problemas de visión de un niño. Debemos continuar haciendo la conexión entre el aprendizaje y la buena visión para aquellas niñas que regresan a la escuela y darse cuenta de que las escuelas son solo un punto de acceso para la educar sobre la visión.

Habría que considerar los beneficios de integrar el cuidado de la vista a los servicios de las clínicas de salud comunitarias, los centros de salud para mujeres o materno-infantil y otras instalaciones de salud locales. Modelos similares se han implementado en el pasado. Por ejemplo, un estudio5 de la epidemia de Ebola en Sierra León en 2014-2016 encontró que “si bien las niñas experimentaron algunos de los efectos negativos más significativos por el cierre de las escuelas, estos efectos n se vieron atenuados por los programas comunitarios destinados a apoyar y beneficiar a adolescentes.”

Este nivel de integración requiere que hagamos conexiones con los líderes de la comunidad, más allá de aquellos que están involucrados en la educación, y ampliar nuestro alcance a otras personas que ven a los niños con regularidad, como trabajadores de la salud, pediatras y otros líderes de la comunidad.

Proporcionar un asiento igual en la mesa

Según la ONU, hay 225 grupos de trabajo relacionados al COVID-19 en 137 países, pero solo el 24% de las personas que trabajan en ellos son mujeres. Muchas organizaciones están adoptando como camino a seguir el asegurarse de que las mujeres aboguen por sus derechos y necesidades. Tal vez nosotros, como defensores de la visión, necesitemos evaluar nuestra propia respuesta para garantizar una representación equitativa en la mesa. Debemos preguntarnos: ¿Estamos haciendo lo suficiente?

Destacar los beneficios económicos y sociales de la educación en las mujeres

Está claro que el retorno de la inversión cuando las niñas reciben educación es alto, especialmente para sociedades y economías más amplias. Según un artículo del Banco Mundial en el 2014 “El incremento de ingresos asociado con una mayor educación es, de hecho, mayor para las mujeres que para los hombres”. Y, en promedio, un año adicional de escolaridad aumenta el salario de las mujeres en un 12% (frente al 10 % de los hombres). Cuando las niñas pueden ver bien, pueden aprender y, en última instancia, hacer mejores contribuciones a las economías y sociedades.

En un mundo perfecto, todas nuestras acciones se construirían sobre una base de evidencia y datos sólidos. Sin embargo, cuando se trata de garantizar que las niñas tengan acceso equitativo a una visión saludable en el mundo en que vivimos, literalmente estamos construyendo la nave mientras la volamos. ¿Será amable la historia con nosotros cuando se presente la evidencia? ¿Nuestras acciones de hoy construirán un futuro más equitativo mañana?

Una historia reciente en Bloomberg Businessweek trajo este tema a la luz. Esta historia destaca a Purity y Lucy, dos niñas kenianas que no han podido retornar a la escuela. Sus vidas han dado un vuelco y continúan enfrentando desafíos, pero tienen la esperanza de poder completar su educación. Me llamó la atención una cita en su historia: “Lucy quiere estudiar la luna y convertirse en astronauta. Purity también tiene sueños.” Para muchas niñas, la escuela no es solo un boleto a una vida mejor, es un salvavidas para sus aspiraciones. Como defensores de la visión, todos jugamos un papel para ayudarlas a ver ese futuro con claridad. Esto es lo que nos da esperanza para continuar, incluso cuando el trabajo es desafiante.

Artículo adaptado del Vision Impact Institute. Andrea Kirsten-Coleman es Gerente de Comunicaciones Globales del Vision Impact Institute. En su función, es responsable de contar la historia y crear conciencia sobre la necesidad de priorizar una visión saludable a escala global.

1 UNICEF, Una Nueva Era para las niñas

2 Impacto de la Pandemia COVID-19 en la Educación de las niñas, Malala group

3 The Lancet Eye Global Health Commission

4Addressing stigmas around the wearing glasses, The Vision Impact Institute podcast

5 Estudio sobre efectos económicos durante Ebola, International Growth Center

6 Estimaciones comparables de rendimientos a la escolarización en todo el mundo, Banco Mundial

7 Las niñas perdidas del COVID, Bloomberg Businessweek + Equity

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