De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 422 millones de personas, durante la etapa adulta a nivel global enfrentan diabetes. Entre las principales complicaciones destaca la pérdida de visión, ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, daños neurológicos y amputación de piernas.1 Por otra parte, la ENSANUT 2012, define que el 13% de la población adulta (20 años y más) en México tiene un diagnóstico médico de Diabetes Mellitus II, una de las principales causas para el desarrollo de padecimientos visuales como la Retinopatía Diabética (RD), primera causa de ceguera adquirida en el país, y de Edema Macular (EDM), la principal fuente de pérdida de visión en naciones desarrolladas.2,3,4
Este último, se presenta a consecuencia del daño en los vasos sanguíneos de la retina debido a la falta de irrigación, lo que desarrolla aneurismas y, posteriormente, microhemorragias que, a través del tiempo, se van acumulando y esto afecta paulatinamente la visión. De acuerdo a un estudio realizado sobre evolución de la Diabetes a 12 años, se estima que el 94% de los casos de RD y EDM desatendidos, podrían generar ceguera.5
Según el Dr. Abel Ramírez Estudillo, jefe del Departamento de Retina del Hospital de Nuestra Señora de la Luz y vicepresidente de la Asociación Mexicana de Retina, la principal causa de baja visual no reversible en nuestro país se debe al desarrollo de la Retinopatía Diabética y Edema Macular, debido a la complicación crónica de la Diabetes Mellitus.
Comenta que más del 80% de los pacientes que acuden a los servicios oftalmológicos de retina presentan algún estadio de Retinopatía Diabética y que la principal causa de baja visual es provocada por lesiones que afectan la zona de mejor visión en los ojos, conocido como “Edema Macular”. El riesgo de esta complicación está directamente relacionado con la falta de control de la Diabetes Mellitus, su tiempo de evolución (a mayor tiempo con la enfermedad, mayor riesgo de afectación ocular) y la falta de un diagnóstico oportuno.
Este último y el control metabólico constituyen los principales pasos para el tratamiento de la Retinopatía Diabética y el Edema Macular; por esta razón mantener visitas periódicas al oftalmólogo e incentivar a que los médicos, de primer contacto, exploren el fondo ojo, permitirá tener mejores resultados con diagnósticos más tempranos y acciones terapéuticas que logren una mejor salud visual en nuestra población.
“Y tú, ¿Cómo ves?”
Referencias:
1. Organización Mundial de la Salud, Informe Mundial Sobre la Diabetes. Resumen de orientación 2016. Link: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/204877/1/WHO_NMH_NVI_16.3_spa.pdf?ua=1 2. National Eye Institute. Problemas de visión comunes. Link: https://nei.nih.gov/healthyeyes/spanish/problems_sp3. Censo Nal. De Salud 2006. Boletín del Sistema de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria de Diabetes Tipo 2. 20134. Lamoureaux EL, Hassell JB, Keeffe JE. The impact of diabetic retinopathy on participation on daily living. Arch Ophthalmol 2004; 122: 84-88.5. A Diabetic Retinopathy Screening Program as a Strategy for Blindness Prevention. González Villalpando et.al. ARCHIVES OF MEDICAL RESEARCH 28:1,129-135,1997.
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